– Marina Muñoz Cervera –
Todos los aditivos contenidos en los productos alimentarios deben ser evaluados de forma rigurosa.
Ante el elevado de consumo de alimentos y bebidas comerciales que contienen aditivos alimentarios, nos preocupan los riesgos para nuestra salud y vamos a conocer cuáles son los organismos encargados de establecer que las sustancias nutricionalmente superfluas, que se adicionan a los alimentos para su mejor conservación, palatabilidad, textura, etc., son «inocuas».
Existe un organismo internacional que, de forma global, establece directrices sobre el tipo y cantidades de cada aditivo que se añade a los productos comerciales. Pero, además, existen legislaciones regionales y nacionales que aseguran el cumplimiento de las recomendaciones del organismo internacional, estableciendo sus propias normas.
Independientemente, de su aprobación y regulación, hay aditivos rodeados de polémicas, en base a otros estudios no tenidos en cuenta por los organismos que veremos a continuación. ¿Qué podemos hacer ante esto? ¿Nos creemos a los organismos encargados o bien, dudamos y somos cautos ante la existencia de dudas razonables?.
Lo cierto, es que se ha comprobado que las personas que consumen preferentemente productos ultraprocesados cargados de grasas saturadas, almidones, sodio, azúcares libres, sodio y aditivos alimentarios, están abocadas al sobrepeso y obesidad con todas sus patologías asociadas. Pero ¿el riesgo se debe a los aditivos, a las otras sustancias que hemos mencionado, o la mezcla? Por otra parte, sabemos que los aditivos alimentarios son sustancias químicas que pueden acumularse, así como reaccionar con otros compuestos de nuestro metabolismo, entorpeciendo nuestras funciones orgánicas.
También, sabemos que nuestra flora intestinal beneficiosa se altera con el consumo continuado de grasas y azúcares en exceso. Y algunos expertos afirman que los aditivos alimentarios afectan de forma severa a la microbiota intestinal.
Un proverbio persa nos dice que «la duda es la base del conocimiento» y, por tanto, sería muy razonable dudar ante tanta polémica que rodea a los aditivos.
La evaluación de toxicidad de los aditivos a nivel internacional.
La FAO (Organización Internacional para la Alimentación y la Agricultura) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) nos dicen que «tenemos derecho a esperar que los alimentos disponibles sean inocuos y de buena calidad».
Para asegurar lo anterior, en lo que respecta a los productos químicos adicionados a los alimentos, cuenta con un organismo regulador internacional, que recibe el nombre de Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA).
Este comité, administrado conjuntamente por la FAO y OMS, está formado por expertos internacionales y se reúne, desde el año 1956, para evaluar la seguridad de los aditivos alimentarios.
Hasta la fecha actual, el comité ha evaluado más de 2500 aditivos, entre otros compuestos, y sus valoraciones se basan en la revisión de todos los datos toxicológicos disponibles, incluidos los resultados de las pruebas experimentales efectuadas en humanos y animales.
A partir del análisis de los datos de que disponen, establecen un nivel dietético máximo del aditivo, que no tenga riesgos tóxicos demostrables. Este nivel se conoce como «IDA» (Ingesta Diaria Admisible) y se establece para cada uno de los aditivos presentes en los alimentos industriales destinados al consumo humano.
La «IDA» se define como «la cantidad aproximada de un aditivo alimentario, expresada en relación al peso corporal», que se puede ingerir diariamente durante toda la vida, sin que represente un riesgo apreciable para la salud.
Sin embargo, como las IDA se obtienen para el ser humano por extrapolación de los resultados obtenidos en la experimentación con animales sanos y bien alimentados, sobre todo, es muy posible que no sean representativas para situaciones humanas de desequilibrio, tanto alimenticio como fisiológico.
El Codex Alimentarius es el punto de referencia mundial para consumidores, productores y elaboradores de alimentos y contribuye a través de sus directrices, a la calidad, inocuidad y equidad en el comercio internacional de alimentos. Este organismo está bajo el asesoramiento científico del Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA).
El control de los aditivos a nivel nacional.
Cada país establece su propia legislación en materia alimentaria. Sin embargo, en grandes grupos de países como Europa, USA, existen organizaciones de amplio alcance.
En USA, el organismo que se encarga de la evaluación de los aditivos en la alimentación es la FDA (Food and Drug Administration). Este organismo contemplo dos tipos de aditivos: 1) Los directos, añadidos a los alimentos, y 2) Los indirectos, que son los materiales de envase y embalajes que pueden liberar sustancias hacia los alimentos con los que contactan.
En Europa, es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), a través del Comité Científico de la Alimentación Humana (CSF) quien se encarga de evaluar la toxicidad de los aditivos. Y, en base a sus informes, se establecen reglamentaciones que los países europeos deben incluir en sus legislaciones. Por otra parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ofrece asesoramiento científico y comunica los riesgos asociados a la cadena alimentaria.
Sin embargo y, a pesar de la regulación supranacional, no existe consenso en las legislaciones de regiones de países, sobre todos los aditivos. Es decir, hay algunos químicos aprobados por la FDA que no se aprueban en Europa y viceversa. Y, también, las IDA son diferentes para cada organismo. Por ejemplo, en el caso del polémico Aspartamo, la EFSA considera que su IDA es de 40 mg/kg de peso y día, mientras la FDA establece una IDA de 50 mg/kg/día, basándose en que este edulcorante es el más estudiado en humanos, con más 100 estudios que avalan su seguridad. La evaluación del Comité de expertos de la FAO/OMS (JECFA) del Aspartamo, establece una IDA de 0 a 40 mg/kg de peso.
En otras regiones del mundo, como América Latina, África y Medio Oriente, no existen aún legislaciones de amplio alcance y cada país, atendiendo a las normas internacionales, establece su propia legislación y sistema de control.
Tras revisar los mecanismos de control de la toxicidad de los aditivos alimentarios a nivel mundial, nos sorprende que tanto la FDA como la EFSA se queden con el límite máximo de las IDA establecidas por la JECFA, mientras este organismo internacional establece un margen para todos los aditivos, que va desde 0 hasta la IDA máxima por kg de peso.
Nosotros, ante la evidencia de una duda razonable, deberíamos ser cautos, y tener cierto control sobre el consumo de alimentos y bebidas que incluyan aditivos. A veces, no nos damos cuenta de la cantidad de químicos totales que consumimos a diario. Es importante, que seamos conscientes, para lograr que nuestra alimentación redunde a favor de nuestra salud y no al contrario.
Si en nuestra alimentación diaria predominan los alimentos naturales y los procesados son minoría, nuestro organismo podrá vencer los desequilibrios metabólicos que producen las sustancias químicas.
En sucesivas entradas, seguiremos revisando este tema.
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Fuentes:
– Mª Soledad Fernández-Pachón, Mª del Carmen García, Mª Lourdes Morales y Ana Mª Troncoso. “Toxicología de los aditivos alimentarios”. Monografía del libro “Toxicidad Alimentaria”. Ed. Díaz de Santos. Madrid, 2012. ISBN: 978-84-9969-205-0.
– Ángel Gil. “Tratado de nutrición, Tomo II, Composición y calidad nutritiva de los alimentos”. 2ª Edición. Ed. Médica Panamericana. Madrid, 2010. ISBN: 978-84-9835-347-1.
– José Bello Gutiérrez. “Ciencia Bromatológica: Principios generales de los alimentos”. Ed. Díaz de Santos. Madrid, 2000. ISBN: 84-7978-447-4.
Imagen:
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