Fotografía de Ap
Llena de estupor leo en el diario El Mundo hoy mismo, que se retrasa "la cumbre sobre Somalia por problemas de agenda de los mandatarios", estando fijada la fecha para el 9 de agosto y retrasándose hasta el 25 de agosto en Addis Abeba. Y mi pregunta es: ¿quiénes son esos jefes de Estado que anteponen sus agendas a la necesidad urgente e imperiosa de salvar miles de vidas?, ¿realmente las agendas impiden que víctimas inocentes mueran de hambre?, ¿a tal punto de degradación hemos llegado?
Y me pregunto más: ¿no seríamos capaces muchas de nosotras después de ver esas miradas tristes, esos cuerpos desnutridos, esas bocas hambrientas y sedientas... de coger el primer avión e ir a esa ciudad a reunirnos para solucionar algo?, ¿no dejaríamos de lado todas nuestras ocupaciones de agenda (manteniendo nuestra maternidad, por supuesto) si nos dijesen que podemos ayudar a una madre, padre, hijo, abuela, hermana...y correríamos a poner las medidas efectivas necesarias para que no muera nadie más por falta de lo básico?, ¿no moveríamos cielo y tierra con llamadas o reuniones si pudiéramos tener contactos con las personas, empresas, entidades... de las que depende que esto se solucione?
Pero no, parece que la muerte, o el asesinato (porque si se permite la muerte es asesinato), no interesan, que no son una prioridad en las agendas de los que tienen la llave, según esta noticia. Es lamentable, no sé a qué punto de desconexión con los sentimientos y la sensibilidad hemos podido llegar "la raza humana" para permitir que casi la mitad de la población somalí, unos 3,7 millones de personas, padezcan una crisis humanitaria y seamos capaces de mirar hacia otro lado.
Por supuesto que esa reunión no será el milagro que necesitan en Somalia y en general en el Cuerno de África, pero ¿quién puede dormir tranquilo sabiendo que de sus decisiones depende el estimular las subvenciones, colmar las necesidades de financiación, y sensibilizar a los líderes africanos y a la comunidad internacional de una estrategia de medio y largo plazo para prevenir estas crisis?
(Foto Reuters) Y todo esto, aún siendo consciente de que se requiere un cambio profundo de la situación económica y política de toda la región: reparto de tierras, no depender de las importaciones para la alimentación, gobierno estable,... pero no por ello, debemos dejar de decir bien alto y bien claro que las medidas urgentes para paliar la hambruna (como la llegada de alimentos) no están siendo realizadas de forma efectiva ni en la cantidad que se necesita, ni con el apoyo internacional que requiere una situación de gravedad tan extrema.
Volviendo al inicio del post, una vez que ya han fijado la fecha en sus ocupadas agendas al 25 de agosto, les pido a los mandatarios que se reúnan en uno de los campos de refugiados o de desplazados. Al lado de las madres que duermen junto a una camilla mientras sus hijos se alimentan con sueros porque están tan débiles que no pueden ni tragar ni levantar la cabeza, al lado del padre que cargó con 4 de sus hijos a sus espaldas porque no podían sostenerse en pie durante los 25 días de caminata, al lado de la hermana de 6 años que lleva en su espalda a su hermanito de 2 años porque su madre murió durante el camino de huida de una muerte segura...
Y eso, sí, sobre todo, señores mandatarios háganlo bebiendo agua y comiendo solo maíz o trigo que es el alimento esencial y básico para su supervivencia. Tengan en cuenta que de allí solo se podrán llevar miseria, acompañada de un tremendo sufrimiento, de una crueldad tremenda y de las historias de miles de personas que no cuentan con lo mínimo para seguir entre nosotros. Mucha esperanza, quizá de eso sí se puedan llenar, esperanza en que aún puede quedar algo de humanidad y de que llegará toda la ayuda necesaria.
Entonces, después de mantener la reunión en estas condiciones, hablaremos de qué hay en sus conciencias y en sus corazones para haber alargado esta agonía durante más de 2 semanas, de una manera tan "a la ligera".