El mero hecho de saludar con un beso en la mejilla es algo que incomoda, y mucho, en Alemania. Por eso, la sociedad Knigge Society, que asesora sobre etiqueta, pidió que los besos sean prohibidos en los centros de trabajo.El máximo responsable de esa organización, Hans-Michael Klein, aseguró en una entrevista a la BBC que sólo este año han recibido al menos medio centenar de correos electrónicos de personas preocupadas por el espinoso asunto.
