El aceite de oliva es un ingrediente especial que se le suma a la comida para darle un toque diferente que resalta las propiedades de un buen producto oleico de esta índole. Quienes consumen este tipo de alimentos saben que la gama de variedad es prácticamente infinita, y que por eso un mismo plato de comida que utilice varios aceites de oliva en su preparación o presentación tendrá varias connotaciones de sabores, olores y texturas. En Nutrición Sin Más te revelan la verdad tras la pregunta de cuál es el mejor aceite para cocinar, descúbrelo e intégralo en tus preparaciones.
La cata de aceite de oliva es un arte y una ciencia, cuyos procesos han sido establecidos desde hace año para así ayudar a regular la calidad de los nuevos productos que salen al mercado queriendo optar por el título de "Virgen Extra", una categoría alta en los aceites de oliva. Cuando se hace una cata de este producto alimenticio se debe tener en cuenta muchos factores externos, como por ejemplo la temperatura del recinto donde se haga, o los recipientes donde se servirá el delicioso elixir.
Si quieres convertirte en un catador de aceite de oliva debes asegurarte de seguir todos los pasos que te mostramos en este artículo; cada uno de ellos se apega a las exigencias definidas por el Consejo Oleícola Internacional, el ente que realiza catas profesionales para catalogar aceites de todas partes del mundo. Pero no te preocupes, si tu intención es armar una cata de aceite de oliva en tu casa, con los siguientes pasos podrás hacerlo e impresionar a tus visitantes.
1. Ve el producto: Si bien es cierto que los catadores profesionales no ven el aspecto o el color de un aceite de oliva porque usan copas especiales que disimulan el color para que este no afecte su veredicto referente a la calidad, para ti puede ser un proceso estimulante. La cata de aceite de oliva tiene todo que ver con los sentidos, muy parecido a las de vino, por eso el aspecto y el color juegan un papel importante.
El aspecto en primera instancia debe ser el de un producto que se vea prolijo y filtrado, eso denota calidad, mientras que aquellos otros que se ven oscuros, sucios o turbios no son buenos. El color por su parte puede variar mucho entre las gamas de verde y amarillo, y si bien no es un aspecto determinante en la cata, puede ser entretenido distinguirlo.
2. Detecta los olores: En este siguiente paso harás uso de tu olfato, y gracias a él descubrirás unos aromas insospechados que se encuentran integrados en un aceite de oliva. Para este proceso lo primero que necesitas hacer es mantener el ambiente a una temperatura de 28 grados centígrados, ya que así es como las partículas que contienes los olores se estimulan y reaccionan de forma natural y eficiente.
Luego de eso será momento de que viertas, en un vaso oscuro preferiblemente de cristal y con tapa, unos 23 gramos de aceite de oliva. Luego de que lo viertas deberás dejarlo tapado por unos segundos y luego acercar el vaso a tu nariz, retirar la tapa y aspirar los aromas de forma lenta y profunda. Para liberar más olores mueve en forma circular el líquido dentro del vaso y disfruta.
3. Saborea: Cumplido el paso del análisis olfativo, es momento de que procedas a beber el aceite de oliva. Para apreciar los sabores es importante que introduzcas la cantidad equivalente a 5 gramos de aceite, manteniéndolo dentro de la boa para que se caliente por unos 5 segundos. Pasado ese tiempo será momento de que rotes el líquido dentro de tu boca por todos lados para apreciar las diferentes tonalidades de sabor.
Luego de eso procede a tragarlo, pero antes asegúrate de aspirar un poco de aire con la boca entreabierta para despertar los aromas y estimular aún más tus papilas gustativas. Luego de que lo tragues espera unos 30 segundos por si aparece un retrogusto. Si procederás a probar otro aceite es bueno que comas manzana o bebas agua.
4. Evalúa el equilibrio: Terminada la cata será momento de evaluar el equilibrio y la armonía que existía entre el color, el sabor, los olores y la textura del líquido y decidir si estaba perfectamente balanceado. Los aceites afrutados son aquellos cuyo sabor del olivo predomina, mientras que los verdaderamente equilibrados contienen ese y los sabores y olores del entorno donde se realizó el producto. Los desequilibrados son aquellos en donde uno o más olores rompen la armonía y se destacan negativamente sobre los demás.