Revista Opinión

¿quieres Viajar Gratis? Aprende A Hacerlo Gracias A La Economía Colaborativa

Publicado el 19 agosto 2018 por Carlosgu82

Viajar por el mundo es el deseo de mucha gente, pero además poder viajar gratis o casi gratis, sería un sueño hecho realidad. A pesar de que en la sociedad actual parece casi impoible hacer algo que no cueste dinero, todavía es posible y cada vez más gente redescubre este modo de vida y de moverse por el mundo que no es un concepto nuevo, pero sí en deshuso: la economía colaborativa.

¿Puedo viajar gratis por el mundo gracias a la economía colaborativa?

Si acabas de hacerte esta misma pregunta, tendrás que saber que sí, se puede. Ahora viene la segunda pregunta: ¿Cómo lo hago para recorrer el mundo sin casi gastar nada? Y decimos casi, porque esta propuesta de economía no es un cheque en blanco, obviamente.

¿Qué implica viajar así? En primer lugar, debemos tener una mentalidad abierta para entender lo que significa el consumo colabortativo y cómo va a cambiar nuestra concepción del mundo. Digamos adiós a los hoteles de cinco estrellas y a las pulseras del “todo incluido”, “medias pensiones” y a los caramelos sobre la almohada.

Lo que en un primer momento puede suponer un pequeño shock, y una reticencia (¡Eh! ¿Dónde están todas mis comodidades?) puede convertirse en una de las mejores ventajas de este tipo de viaje, ya que sin duda, va a suponer una inmersión cultural en el país de destino.

Alojarse en casas particulares a cambio de servicios que tú mismo puedes realizar. Viajar compartiendo el medio de transporte, así sea un carro, un coche o una bicicleta. Probar toda la comída típica y casera de una región perdida de Vietnam, por ejemplo. A eso es a lo que nos estamos refiriendo.

¿Quieres pasar 15 días en un país exótico sin dejarte un riñón y todos tus ahorros? Prepara la mochila y fija el rumbo, que partimos.

¿Qué tendría que hacer?

En primer lugar, siempre debemos tomar todas las precauciones antes de viajar, y si lo hacemos solos, más aún. No disponemos de una agencia de viajes que nos respalde, por tanto, es mejor ir a lo seguro.

Para encontrar opciones de viaje, alojamiento, traslados y dietas gratis o casi gratis, existen varias apps donde podrás ponerte en contacto con lugareños que ofrecen dormitorios, catres o casas completas, comida, transporte… y a cambio, necesitan que alguien les preste un servicio. Pueden ser clases de idiomas, por ejemplo, alguien que quiera aprender una lengua que tú conozcas. Puede que necesite que le pinten la fachada, que le ayuden a recolectar algo… tú les ayudas, y ellos a ti, así de simple.

Lo mejor de estas Apps es que pueden leer valoraciones y comentarios de otros usuarios, para saber de antemano lo que te puedes encontrar y lo que necesitan de ti.

En algunos casos sí se debe pagar por el alojamiento o la comida, pero es un precio irrisorio comparado con el que pagarías en un hotel o restaurante.

¿Qué voy a sacar de todo esto?

Dejando a un lado el cariz económico de viajar mediante este modo, compartir el día a día de las familias de otros países y con una cultura tan diferente enriquece enormemente nuestro vagaje cultural, abre nuestra mente, nos permite conocer realmente como son otras formas de entender la vida, participar de festividades y tradiciones milenarias, conocer gente nueva y experiencias de vida increíbles que están a años luz de lo que podemos llegar a conocer metidos en un hotel o realizando un circuito turístico.

Realizamos un trabajo justo para ganarnos nuestro sustento, nuestro alojamiento o transporte, ayudamos a personas que comparten lo poco o mucho que puedan tener abriendo su hogar a desconocidos a cambio de que les echemos una mano con algo muy concreto.

Viajar de esta manera te permite sumergirte en la cultura de un país casi desconocido, pero no todo son ventajas:

Los pros y contras:

Tenemos que tener en cuenta que una cosa es el concepto idealizado de lo que puede parecer que es viajar por el mundo de pueblo en pueblo, ciudad en ciudad, con una mochila al hombro y un saco de ilusiones, y otra muy distinta es la realidad.

¿Estamos dispuestos a pasar un día (o varios) recogiendo la cosecha en un campo? Sí, piénsalo. ¿Lo harías? ¿Pintar una pared? ¿Tener paciencia para enseñar idiomas? ¿Comer algo que no sabías ni que era comestible y cocinado casi en el suelo.

El clima es también un factor condicionante que debemos pensar. Probablemente la humedad, el calor o la lluvia constante es una de esas cosas que no podemos imaginar cuando vemos fotografías de viajes, pero están ahí.

Otro contra son los tiempos: cuánto vas a demorarte en un sitio, cuánto te va a costar acabar un trabajo, y cómo volver a casa antes si la experiencia resulta demasiado intensa.

Viajar por el mundo gratis no es tan gratis después de todo, y por eso, no lo hace todo el mundo. Es una decisión que debe meditarse, planificarse con cuidado, y sobre todo, analizarse bien antes de embarcarnos en la que puede ser la aventura de nuestras vidas.


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