Quiero armar mi corazón

Creí que me habías roto el corazón, pero creo que me rompiste el alma.  Tantas veces dijiste que me amabas, que era el centro de tu vida, la única que encontró tu corazón y entró en él, pero al final de la historia solo eran palabras vacías.
Resultaste ser un hombre débil, cobarde frente a su espejo. No tuviste tiempo de decir adiós y menos reconocer tus engaños, qué fácil resulta traicionar cuando los intereses cambian.
Quizás ya no te amo o quizás aún te amo, pero hoy volviste a estar frente a mí luego de meses y años y no sentí tu voz vibrando en mi estómago, tus ojos no me parecieron el sitio más hermoso del mundo y tus abrazos no me convirtieron en mariposa.
A qué viniste si no dijiste nada nuevo, solo nos reprochamos uno al otro, hablando con voces metálicas de ese amor que alguna vez existió y que pareciera que fue en otra vida.
Hasta dónde destroza el dolor de una partida que no encuentro los pedazos para armarme otra vez. Es cierto que esperaba que volvieras para cerrar este ciclo, imaginé este momento tantas noches cuando intentaba conciliar el sueño, pero nunca en todos esos insomnios imaginé que no sentiría nada.
Ahora se escribe otra historia, una donde ya no hay que seguir en espera de disculpas, donde ya no todo está en pausa y el reloj comenzó a girar nuevamente.
Tenías tanto miedo como yo, tus ojos me miraron tanto pero sentí que ya no veían nada. Tal vez debí responder a uno de tus abrazos, tal vez debí decir que aún te amo y no quedarme inerte, pero asi es como estoy desde que saliste de mi vida, aún no respiro como acostumbraba, dejé de hacerlo cuando te fuiste con ella… ese oscuro momento en que dijiste que me amabas pero no te fuiste conmigo.