Quiero contarte

Quiero contarte algo que te va a alegrar, las mujeres ya podemos cogernos una baja cuando nos duela la regla. Sí, ya lo sé, vamos a terminar discutiendo porque me vas a repetir una y otra vez que la igualdad no puede existir hasta que los hombres tengan el periodo, y no llegaremos a un acuerdo, pero sé que estarás contenta.

Hay muchos que están diciendo que eso ya era así, pero tú y yo sabemos que no, que aunque haya algo parecido en la ley, no hemos podido fallar ni una sola de esas veces en la que nos moríamos, tú por tus problemas menstruales y yo por los míos. Que ni se nos ha pasado por la cabeza pedir una baja. Que nos han enseñado que la regla tiene que doler, porque es falso, y nosotras debemos seguir nuestra vida con ese dolor, porque si no, igual es que eres muy floja.

Si ellos supieran. Como sigan así voy a tener que darte la razón con lo de la igualdad. Hoy me acuerdo de cuando me diste la primera bolsa de agua caliente o de cuando me regalaste la manta eléctrica para que no tuviera que estar de arriba abajo con el agua caliente. Bueno, y también de aquel día en el que no soportaba el dolor y me trajiste una porronina y un vaso de ese licor que hacía la abuela con vino y aguardiente para ver si me calmaba algo. Me anestesió, he de reconocer que me anestesió.

No pudiste leer mi libro. Dolía demasiado tanto sufrimiento, ese que siguen negándonos, que relativizan y que se atreven a juzgar. Se lo voy a mandar a unos cuantos, aunque seguro que seguirán sin entender.

Sabes, algunos han llegado a decir que vamos a dejar de ir a trabajar con la excusa de la regla. ¿Cuántas veces has ido tú y he ido yo muriéndome de dolor? Una vez más nos estigmatizan, nos insultan y dudan de nuestra responsabilidad a la hora de realizar un trabajo. Lo mismo de siempre.

También dicen que no nos van a contratar por eso. Cualquier excusa es buena. Al final, yo creo que gracias a esa medida, muchas mujeres serán vistas por el médico adecuado. Tú tenías una madre que no le importó lo que dijeran en el año 50 y te llevó al ginecólogo, porque, antes, a cierta edad era tabú hasta eso, ir al especialista que igual perdías la virginidad.

No es lo mismo contarte así las cosas, me gustaba más hacerlo en directo, aunque muchas veces no estuviéramos de acuerdo, pero solo quería que supieras que lo vamos consiguiendo y, aunque sean imposible que los hombres tengan la regla, al menos se está hablando de ella en lugares que no te puedes ni imaginar.

Ojalá María viva otra realidad. Te echo de menos.