Revista En Femenino

Quiero darte mi palabra....

Por Ladya
Todos sabemos que a los bloggers nos lo regalan todo, que las marcas nos envían productos a diario para que alabemos su utilidad y demos siempre, siempre, siempre, una opinión buena del producto. Nos invitan a evento e incluso a fabulosos viajes!!!... Porque claro, ya sabéis que las bloggers nos vendemos por un tarro de crema....
Quiero darte mi palabra....
Yo hoy quiero hacer un pequeño ejercicio de sinceridad:
Quiero darte mi palabra que, como blogger, no he venido aquí a venderte nada. Mi intención nunca será colarte ningún producto para que lo compres y mi opiniones, siempre serán sinceras.
Quiero darte mi palabra que, de ahora en adelante, marcaré los post patrocinados como tal para que sepas que es un post por el que me han pagado o si es una prueba de producto, irá marcado como tal... 
Quiero darte mi palabra que no publicaré nada en este blog en lo que no crea, que no haya probado o que no encaje con mi filosofía de vida ( si mis hijas no toman Actimel, no tendría sentido hacerle publicidad, no? )...
Creo que todos los blogs debería llegar un día que dieran este paso y que dieran garantías a su lectores. Muchas veces leo criticas dirigidas a los bloggers por venderse, por hacer publicidad encubierta ( o no ) y por alabar las excelencias de cualquier mierda producto...
¿ Pues sabéis que ? Que no es verdad... Aunque de todo habrá en la viña del señor, la realidad es que ser blogger, en general, no es tan guay ni te regalan todo ni te pagan por todo. Claro que a las influencers de verdad, a esas que leen miles de personas a diario, que tienen miles de seguidores en redes, les envían de todo, se han convertido en prescriptoras y muchas personas, entre las que me incluyo, siguen sus recomendaciones, porque confías en su integridad y que son sinceras... Huid de las que solo tienen buenas palabras para todo!!!
Yo no vivo el blog como un trabajo. Nació como válvula de escape y, he de reconocer que, con el boom de la blogosfera maternal he llegado a plantearme seriamente en cerrarlo más de una vez. Cuando he sentido que me estaba convirtiendo en un mero medio publicitario, cuando he publicado post patrocinados ( si, a cambio de productos o dinero ), ha sido porque el producto me parecía interesante, pero a la vez, siempre he tenido la sensación de que parte de la esencia del blog se iba por el retrete.
Pero los blogs no pueden vivir del aire. Pagar un dominio propio, diseñar un logo, pagar por programas de edición de fotos,.... Un blog acaba siendo una pequeña inversión, no solo de tiempo y de horas de sueño perdidas, sino de dinero y que, gracias a las marcas que están dispuestas a pagar por la publicidad ( igual que hacen el las revistas y televisión ), es posible mantenerlo.
Tu que me lees, quiero que sepas que nunca acepto hacer post patrocinados que no encajen con mi forma de criar, que no me vendo por una crema si considero que no es buena, que no colaboro con marcas que no vaya a utilizar nunca y que procuro probar siempre todo antes para expresar mi opinión más sincera.
Y también quiero que sepas que, muchas veces ( la mayoría ), hablo de productos y marcas que me gustan, que he pagado de mi bolsillo, de actividades que son interesantes para mi y creo que pueden serlo para otros padres, de libros que leemos en casa,... Porque aunque no lo parezca, a los blogs no nos lo regalan todo...
¿ Y a que viene toda este rollo ? Pues es un post que tenía en borradores hace tiempo, que llevaba semanas rumiando como enfocarlo y que, a raíz de un evento reciente que ha levantado algunas ampollas 2.0, he creído que debía publicar. 
Gracias por leer el tostón hasta el final 😉

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