Si me dan a elegir entre una Coca Cola en lata o botella de plástico a una Coca Cola en botellín de vidrio, no me lo pienso ni un segundo. Cualquier cosa que me des en vidrio, me gusta mucho más…Es más, a veces he dejado de beber una Coca Cola simplemente porque iba en lata…
Lo mismo me pasa con la cerveza , con el vino , con el aceite, con la leche.
En el caso del vino y el aceite, no se puede concebir máxima calidad sin envase de vidrio ( eso lo saben muy bien los italianos que hacen virguerías con nuestro aceite).
La leche ya no se encuentra de cristal fácilmente. En Figueres, un atrevido lechero colocó por la zona, unas máquinas expendedoras de leche fresca ( la llenaban cada mañana) . Tu comprabas la botella de vidrio y la llenabas. Durante unos meses, cuando estaba por allí, esa máquina me hacía feliz. Compraba el pan y después, me iba a buscar la leche fresca con botella de vidrio… La idea fracasó ( ¡aún no lo entiendo!) y ya no hay maquinita…Últimamente, estoy pasando la leche del tetrabrick a una botella de vidrio, monísima…
Esta botella es como un placebo y actúa en mi cerebro , alterando mi percepción de las cosas. En esa botella de vidrio la leche me sabe mejor…
Puede ser una cuestión psicológica, vale pero ( es acerca de la Coca Cola) : “Sara Risch, química y miembro del Instituto de Técnicos de Alimentos, sostiene que es posible que se den casos de alteración del sabor, aunque muy sutiles. Por ejemplo, el polímero que reviste las latas de aluminio puede absorber el sabor soluble del refresco. Lo mismo pasaría en las botellas de plástico, en las que el acetaldehído del plástico podría transferirse al refresco. Las de vidrio, pues, conservarían el sabor más puro, pues el vidrio es el material más inerte de todos”
Definitivamente, prefiero el vidrio como este grupo de Facebook “Queremos la Leche en Botellas de vidrio”.
Aunque sea psicológico…
Más información en Friends of Glass.