Revista Opinión

Quiero que la fama y la fortuna me caigan del cielo: ¿es eso posible?

Publicado el 07 noviembre 2019 por Carlosgu82

Conozco de primera mano a muchos “niños” de esta era moderna, esos que están en la etapa de la adolescencia, que solo están pendientes de lo que ocurre en Instagram, Facebook, YouTube, y en cualquier otra plataforma digital a la que accedan; son groseros, maleducados y desafiantes; y además no le prestan atención a sus estudios, solo quieren ser ricos y famosos… como si eso cayera del cielo.

Realmente pienso que los principales conflictos de los seres humanos comienzan desde el seno familiar, sin duda no soy una experta, pero la familia es el primer entorno que vive el niño, el primer ambiente donde socializa con otros seres humanos, y por supuesto, el hogar es el indicado para criar a ese pequeño e inculcarle valores, siendo la escuela el segundo. ¿Qué sucede cuando los padres no les prestan la suficiente atención a los hijos, no le dan el amor que necesita, y tampoco lo educan o le inculcan valores? Se produce ser humano lleno de conflictos consigo mismo y con su entorno.

Esos conflictos comienzan desde pequeños, tal como lo describo, y con los años se va desarrollando y afianzando en el ser humano.

Una de las cosas que me parece más interesante de los niños que describo en las primeras líneas de este artículo, con lo que sin duda tendrán conflictos cuando sean mayores, es que quieren llegar a ser famosos, a tener mucho dinero, y llenarse de una exagerada cantidad de cosas materiales, pero… ¿cómo pueden hacer eso si no estudian?

Es sencillamente irónico, ¿cómo se puede conseguir dinero de una forma honesta sin aprender?

Desde mi punto de vista ese pensamiento o contradicción no solo lo tienen los niños que he conocido, también lo piensan adultos (y si los adultos lo dicen mucho más un niño), quieren que todo caiga del cielo, sin esfuerzo, que todo sea fácil, subestimando la educación y la preparación académica.

Pero la vida les da una sorpresa: si no les ofrecen a las personas productos/servicios de calidad, que sean innovadores y que marquen una diferencia entre su empresa y la de otros en el mercado, simplemente fracasarán… por ende, para lograr el éxito necesitan educarse.

Una vez escuche a una mujer de treinta y tantos años diciéndome que ya ella quería tener un negocio y un hijo, que no quería seguir estudiando porque ya ella había estudiado mucho… yo le respondí: ok, y ¿de que quieres que sea tu negocio? y me dijo, “bueno no sé”. Realmente yo quedé muy confundida, y solo pensaba: no quieres seguir estudiando porque ya estudiaste mucho, por ende, quieres crear una empresa, pero no sabes de qué será, pero quieres que funcione y que al menos te provea del dinero básico que necesitas para vivir… ¿un poco irónico no crees?

También pensaba: dices que ya has estudiado mucho, ¿en serio?, ¿ya has aprendido todo lo que podías aprender en tu vida?, ¿a los 30 años?; ¿para mantener a flote tu negocio no necesitas aprender cosas nuevas?

Este tipo de mentalidad mediocre, en la cual la persona subestima el aprendizaje solo la llevará a tener un mercadito que apenas sobreviva en su barrio… lo cual no está mal, pero no puede esperar obtener una fortuna con esa clase de mentalidad, simplemente no son compatibles.

Cuando las personas, sean niños ingenuos o adultos engañados a sí mismos, subestiman el aprendizaje no solo están subestimando al contenido que se imparte dentro de las aulas de clases, sino que son personas cerradas ante las oportunidades de aprender que la vida les presenta.

Sencillamente la vida se trata de aprender, para así poder evolucionar y transformarnos.

El aprendizaje y su efectiva puesta en práctica son las llaves del éxito en esta y en cualquier sociedad.


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