Revista América Latina

Quiero retruco!!!

Por Viajeenrenoleta

Quiero retruco!!!

La casa de  Hugo no la conocía hasta entonces. Solo había pasado por la tranquera unas cuantas veces camino a la chacra donde estaba trabajando. Allá por la 192, camino a Torres. Esa tarde / noche me decidí a pasar, a hacer amigos en el vecindario.
Entré al lote con rastrojo de sorgo y enfilé para el rancho. Empecé a dar vueltas en redondo queriendo saltar el alambre que limita con el patio hasta que comenzaron a ladrar los perros. Ahí salió toda la gente que se preguntó ¿Quien es este forastero?
- Buenas noches - me dicen 4 o 5 personas desde la galería del rancho.
- Buenas noches - les respondo - Soy vecino de acá enfrente, vengo a saludar y a conocerlos - agrego.
Palabras van palabras vienen y como estaba fresco afuera se decidieron a invitarme a pasar.
-Vení hermano, hace frío afuera, pasa, pasa, acá estamos jugando al truco.
Ingreso a la cocina del rancho y me encuentro con un ambiente agradable. En la esquina una chimenea a fuego ardiente calentando a todos los comensales. En el centro una mesa larga con un truco de seis personas. Contra la pared un banco de madera con tres mujeres. En la otra punta, junto al horno otras dos mujeres.
- Pase, pase - me dice una de ellas, Norma- ¿Quiere tomar algo?
En la mesa caen las cartas de a una. En una punta hay una tacita con porotos para el tanteador. Cada comensal con su correspondiente vaso. El ambiente tranquilo y cálido... pero de vez en cuando sobresaltado por un grito...
- Truco.
-QUIERO RETRUCO.
- QUIERO VALE 4.
-UUUU.
- Tomá - dice Rafa mostrando el ancho de basto y festejando su triunfo hasta que dos segundos después se debe volver a sentar y callar... El puño de José cae sobre la mesa apoyando fuertemente el ancho de espada.
- Ja, ja ja
- Jua, Jua, Jua.
Las carcajadas sobresalen en la cocina acompañadas por el murmullo de las mujeres que conversan a su alrededor. Ellas parecen no sobresaltarse por los gritos de los hombres. Parecen ya acostumbradas a esa situación. Todos se ríen hasta que termina el juego... y...
-¿Queres jugar muchacho? - me dice Hugo.
- Bueno, hace rato que no juego al truco pero...
Me siento a la mesa y... y comienzo un nuevo aprendizaje...
(Con este post doy por iniciado una nueva serie de relatos, siempre verdaderos y reales, sobre unos cuantos amigos y personajes que viven en el campo y a los que comúnmente visito los Domingos).


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