Rabieta, berrinche, pataleta, ... ¿Os suenan? Esas maravillosas y divertidas escenas que nuestros monstruos nos regalan cuando no consiguen lo que quieren (Si leéis esta frase con ironía es que, efectivamente, sabéis de lo que hablo).A ellos les da igual dónde estemos, con quién y si es o no el momento más oportuno... Nos desesperan, nos irritan, nos ponen de mal humor y queremos meter a nuestros pequeños en una cámara acorazada mientras nos preguntamos ¿por qué?
He aquí que quiz de la cuestión; para sobrevivir a las rabietas es importante saber qué son y por qué se producen; esto nos ayudará a ser conscientes de que es una fase, tomarlo con calma (la máxima posible), aprender a lidiar con ello y lo más importante, saber que no son indicadores de que nos estamos equivocando con las pautas de crianza (esto es algo que atormenta a los padres ¿lo estaré haciendo bien? ¿actuaré del modo correcto?).
Empecemos por el qué son. Llamadas de atención. Toda acción tiene una reacción y desde bebés aprenden cómo reaccionan los adultos ante sus lloros: atendiendo sus necesidades, ya sean alimenticias, de higiene o afectivas; y cuando se van haciendo mayores saben pueden seguir obteniendo lo que quieren de este mismo modo. Es decir,
