Jamaa Ait Bakrim es un bereber del sur de Marruecos que estudió Ciencias Políticas y Derecho en Rabat. Después de completar sus estudios viajó a Europa, donde se convirtió al cristianismo. Tras volver a su país, fue procesado por proselitismo. Hoy cumple su condena en la cárcel central, en Kenitra. Su delito: ser un cristiano dispuesto a hablar con sus conciudadanos de su fe.
Bakrim sabía que sería difícil vivir su nueva creencia en Marruecos. Por eso en 1993 solicitó asilo político en los Países Bajos, pero las autoridades de inmigración se lo negaron y fue expulsado cuando su permiso expiró.
En 1995 Bakrim fue procesado en Marruecos por «proselitismo», y pasó siete meses en la cárcel en la ciudad de Goulemine. La cárcel, en este caso, no fue lo peor. En abril de 1996 fue trasladado a un hospital psiquiátrico en Inezgane, donde las autoridades le ordenaron someterse a tratamientos médicos. Lo liberaron unos meses después, pero el tratamiento psiquiátrico le causó importantes efectos secundarios en su salud.
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