Debemos estar ya en el futuro, porque el señor Monago ha logrado -en las portadas de todos los diarios- sus preciados quince minutos de fama. Aquellos que Andy Warhol pronosticaba con sorna: "In the future, everyone will be famous for fifteen minutes."
El señor Monago dijo ayer, como socialista pretendiendo defender el aborto:
Supongo que pasados los quince minutos de fama, escribí en Twitter lo que sigue, con los consiguientes retweets y favoritismos por parte de quienes en esos momentos andaban por ahí y les pareció interesante: Ya se sabe que Twitter (como los titulares de los periódicos) no es lugar para largos razonamientos, digresiones o muchos matices: con suerte se logra indicar el sentido de la cuestión tratada.Agradecí mentalmente la respuesta más bien inmediata y sus correspondientes escasos minutos de fama, imagino que precedidos de un breve chispazo o razonamiento inteligente por parte de esos y los subsiguientes lectores pasajeros. Porque eso es Twitter, usado con normalidad.
Esta mañana llegó un comentario planteando una pregunta, lo que me facilitó responder ampliando o aclarando un poco más la idea del tweet:
Supongo que he de agradecer al político Monago esta oportunidad.Y supongo que he dispuesto también de los 15 minutos de fama sobre los que ironizaba el famoso Warhol. Pero desde luego no con la extensa amplitud alcanzada por el señor Monago en las portadas de los diarios españoles que han destacado sus palabras. Es la diferencia entre los diarios y Twitter.
Pensando en el político Monago, he recordado que el británico Robert Louis Stevenson decía que "algo debe haber hecho mal o no sería tan famoso". El "algo" del político Monago es haber dicho una solemne simpleza o tontería, y algunos diarios -quizá sin saberlo- le han hecho enseguida famoso por un rato. Yo me he limitado a señalar la simpleza y unos cuantos lectores que por allí pasaban a continuación, así lo han apreciado.
Quiero imaginar que salgo más reconfortado con esos lectores inteligentes y ocasionales de Twitter (en realidad son bastantes más que los que figuran en la imagen de arriba) que Monago con su simpleza aireada a los cuatro vientos en las portadas de los diarios.
Cosas de la comunicación pública.