Quinox I: Exilio, de Carlos Moreno Martin

 Quinox 1: ExilioCarlos Moreno MartinISBN:--Formato: Digital– 112 Págs (Calibre).Editorial: Autoedición

¡Buenas a todos!
Ayer, como ya había predicho no pude publicar nada. Ha sido una mezcla entre imprevistos, falta de sueño, dolor de cabeza y partidos de futbol. Como hoy preveo un día tranquilo, os traigo esta reseña también perteneciente al grupo de Facebook.
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Argumento
Tom Randall es un hombre solitario que se dedica a dar “avisos” en la ciudad de Las Vegas. Y si es tan bueno en su trabajo es gracias a su don, un poder que principalmente se manifiesta a través de la telequinesis. Su último trabajo consiste en advertir a un director de casino que se ha metido con quien no debía. En teoría todo parece sencillo y rutinario… pero las cosas se descontrolan y lo arrastran en una espiral de acontecimientos de los que no puede escapar.
Estructura, ambientación y estilo narrativo
Esta historia se estructura como un único relato largo, relatado de forma continua, sin separación en capítulos. Algunas escenas y avances temporales aparecen marcados mediante una línea de asteriscos que diferencian situaciones.
La ambientación sitúa la narración en la ciudad de Las Vegas, aunque se limita a ciertas menciones de casinos y apartamentos, ya que la trama implica más el desarrollo de los personajes que los lugares. No cambiaría nada que tuviera lugar en otra gran ciudad como New York o Los Ángeles.
El estilo narrativo es sencillo y ágil, sin parar excesivamente en descripciones y centrándose únicamente en la acción. Se encuentra contado en tercera persona y este narrador acompaña por igual a todos los personajes, aportando datos de los que el personaje principal carece en esos momentos.
Personajes
Tom Randall es el protagonista indiscutible de esta historia. Se presenta como un hombre oscuro, solitario y encerrado en sí mismo. Vive atormentado con su propio poder y con un tren de vida muy superior a la media: mujeres, dinero, fiestas y poder son su día a día. Parace que es la culpa quien le ha llevado este estado de aislamiento social y es incapaz de atarse con nadie. 
Sin embargo, es Meredith quien consigue romper esa coraza. Una chica normal y sencilla, guapa y llena de alegría. Aunque le resulta sospechoso el modo de ganarse la vida de Tom, el enamoramiento les ciega a los dos hasta el punto de dejar de detectar el peligro.
Pete “El rompehuesos”, es un energúmeno de mucho cuidado al que pretende vengarse de Tom por un asunto familiar. Ha descubierto sus poderes al seguirle y está dispuesto a cualquier cosa para hacerle daño. Se le ve como un hombre inmenso que siempre consigue lo que quiere… aunque sea a la fuerza.
Mi opinión
Intentar reseñar una novela tan corta o un relato tan largo a veces resulta difícil. En este caso nos encontramos frente a la primera parte de una saga. Y su misión es más que nada introductoria, buscando ponernos en situación y conocer a los personajes.
Con esto quiero decir que no esperéis una gran historia desde el principio, primero porque en tan pocas páginas no da tiempo. Segundo porque ante lo que estamos es una especie de precuela de la historia más intensa que es la segunda parte.
En esta puesta en situación nos encontramos con personajes que son mucho más profundos de lo que en realidad parecen. Una Meredith que parece al principio una chica un poco tonta (para eso la pone rubia) resulta ser una mujer comprensiva y centrada. Por otro lado, el mismo Tom que parece un desalmado y un egoísta, acaba mostrando más sentimientos y sentido común del que esperábamos.
Aquí podemos marcar un paralelismo con otra novela de lo que yo acabo de bautizar como “superhéroes reales”. Me refiero a “Hoy me ha pasado algo muy bestia” de Daniel Estorach. A diferencia del personaje de Daniel, que cuando descubre sus poderes enfoca su uso para hacer el bien, Tom Randall los usa en su propio beneficio. Que mejor manera de forrarse… Son distintas visiones de una misma situación.
Esta es una historia de extremos. Es decir, los buenos son muy buenos y acaban resultando adorables. Mientras que los malos son muy malos malísimos y muy vengativos. En concreto Pete “El rompehuesos” roza lo grotesco tal como está representado. Pero ojo, que esto es ciencia ficción y en ningún momento busco realismo. Si no, la historia perdería mucha de la gracia que tiene.
A pesar de este toque de sci-fi, también tiene tintes de novela negra. Pero de la de antes, de los años 20, vista en blanco y negro a través del humo de un cigarrillo. Creo que son sobre todo los personajes de los policías (que aparecen en cierto punto del libro) los que potencian esta sensación. Incluso Tom Randall podría ser el detective privado de la gabardina sino fuera un “chavalete” que mueve cosas con la mente…
El final de la historia es absolutamente cerrado hasta donde deja el argumento. Como ya he leído el segundo no puedo evitar pensar en ciertas cosas y la diferente sensación que te deja el final… pero no adelantemos acontecimiento.
Si que nos deja con ganas de conocer mejor al personaje y saber qué es lo que va a hacer Tom ahora. Y es que, a pesar de que al principio no nos identifiquemos demasiado con su forma de actuar, al pobre se le coge cariño.
La estructura de estas historias tiene una orientación hacia el “estilo serie”, con capítulos independientes (cada uno con su caso, a lo CSI), pero también con un hilo argumental continuo. Lo veo perfectamente adaptado a la televisión con actores reales, aunque con filtros de imagen especiales (blanco y negro con colores brillantes, a lo Sin City). Pero también da juego para una serie de animación o incluso un comic, de estos bien oscuros con los dibujos realistas.
Recomendable si te gustan las serie policiacas, las historias de mafias y gánsters, las ciencia ficción y los superhéroes. Vamos, casi para todos los públicos, pero en cuanto a gustos, no a edades porque tiene comentarios no aptos para menores y no solo sexuales. Nada demasiado fuerte, no os asustéis…
Quizá por ponerle algún pero, tiene alguna repetición de términos en varios  párrafos que se corregirían fácilmente buscando un sinónimo para que no quedara tan redundante. El resto, lectura rápida, sencilla y sobre todo adictiva.

- Gracias a Carlos Moreno Martin por el ejemplar -