Quintanaluengos: documentos históricos

En busca de los orígenes

En el año 2000 realicé mi primera visita a Quintanaluengos. No era una visita turística normal. Recuerdo que, según se iba reduciendo el kilometraje de destino, el corazón se iba acelerando. Cuando llegué al puente, con el mayor respeto a la población, reduje la velocidad del coche a diez kilómetros por hora hasta alcanzar la primera casa, en cuyo exterior había un hombre. Paré y le pregunté por el templo de San Justo y Pastor. El hombre, muy amable, me respondió que ya no existía, pues los franceses lo habían destruído en la Guerra de la Independencia. "¡Qué pena! -le dije- "mis antepasados estaban enterrados allí". Me preguntó por mi apellido y al contestarle comentó: "Igual que yo. Aquí hay muchos Merinos, alguno se apellida así dos veces e incluso tres".

.../Desplegué el mapa para ver cómo se llamaba el pago y enseguida encontré "San Justo", a los pies de La Lastra, también llamado antiguamente "Sora". San Justo fue primero un monasterio dedicado a los niños Justo y Pastor, en cuyas inmediaciones se asentó una pequeña población con casas, huertas y prados. Aquel núcleo desaparecería con el paso del tiempo, siendo el monasterio sustituido por la iglesia de San Justo, construida sobre los restos del antiguo templo. Me llama la atención la charca que hay en el lugar donde estaba el monasterio, viene de La Lastra y es una fuente natural de la cual siempre mana agua.

San Justo es un paraje situado entre La Lastra, Benestosa, La Laguna de Sosa, Poza Oteruelo y la Retuerta; un lugar por donde los textos antiguos indicaban la existencia de una calzada o camino real, ya que en el año 1000 el camino que iba a Cervera de Pisuerga estaba en la margen derecha del río. Siglos más tarde cambió por logística y para acortar el recorrido a la margen izquierda.

En sus orígenes el valle estaba poblado por casas repartidas por todas partes, unas muy cerca del río, con pesqueras y molinos y ptras cercanas a las varias fuentes que hay en el término. Desde Barcenilla hasta Ligüérzana hay referencias a la existencia de casares o "kasarias", que algunos autores desriben como poblados, pero yo prefiero identificar como una serie de caseríos, desperdigados por todo el valle. En el centro de la población hay dos pagos llamados Quintana y otros llamados Calzada. Resulta sugerente pensar en la posible existencia de un antiguo asentamiento romano al que se llegaba a través de una calzada.

Quintanaluengos: documentos históricos
David Merino Velilla
Aruz ediciones, 2020