Quintanaluengos, familiarmente llamado Quintana, es uno de esos pueblos que con su tipismo, su geografía y su paisaje dejan huella y nostalgia en aquellos que durante cierto tiempo han vivido allí o lo han visitado.
Quintana es un pueblo pequeño, como pequeños son los pueblos palentinos, y en general, los pueblos castellanos; y como pequeño, casi no tiene geografía. Podemos decir que más que tener un paisaje suyo y privado, brinda desde él mismo un ancho y sigular paisaje. Un punto privilegiado para ver, conocer y saborear el espléndido horizonte de la montaña palentina. Su abundancia de agua y de chopos hace de su reducido entorno un lugar fresco, verde y agradable durante el verano...
A pesar de la reducida geografía de este pueblo señorial, podemos encontrar zonas o miniregiones muy caracterizadas para ese encuentro con la hermana naturaleza, y desde donde se nos ofrecen perspectivas especiales del majestuoso paisaje de la montaña palentina. Basta recordar la Aceña, con su poblada arboleda, su fértil tierra, bañada en agua transparente. El Soto, con tupida chopera y el agua corriente del Pisuerga. Sosa con sus verdes prados y el horizonte despejado, la Cuesta con su golpe de vista sobre los pueblos vecinos, el Salar con su invitación a la pesca y a la caza, el Puente, la Lera, Entrambosríos, que constituyen un conjunto natural de árboles, abundancia de agua y minúsculas islas, algo raro de encontrar en otros pueblos castellanos.
José Antonio Merino (Madrid)
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