La mayoría de las personas creen que la globalización es injusta y sostiene prácticas de explotación. De modo que "debemos sopesar cómo se distribuyen entre la gente los beneficios y los costes de la integración transfronteriza, en vez de fijarnos sólo en su impacto total." En los países ricos, existe la percepción que el comercio con los países pobres amenaza las condiciones de vida de los trabajadores de los países desarrollados. Por contra, en los países pobres, existe la percepción que la globalización "está que las posiciones de relativa desventaja, privando a los países y a las personas de vías hacia la prosperidad que los ricos de hoy recorrieron en el pasado." Detrás de ambas, está la noción de que la globalización ha sido una imposición que beneficia a los "propietarios del capital" sobre los trabajadores. En este capítulo, la explotación global, Pankaj Ghemawat revisa estas percepciones y "examina las pruebas" existentes que apoyan a esas percepciones:"Primero resumimos las diferencias económicas entre las personas de todo el mundo y los países en los que viven. Luego examinamos el impacto de la globalización sobre los trabajadores de las economías avanzadas, ocupándonos de las inquietudes sobre la creciente desigualdad y el descenso de los niveles salariales y la seguridad laboral. Finalmente, evaluamos los efectos de la globalización sobre los trabajadores de los países en vía de desarrollo. Veremos que la globalización no es explotadora de por sí, pero que hay quien sale perdiendo cuando los mercados se integran. El capítulo concluye con una serie de sugerencias para dar forma a la integración para crear un mundo más justo y, a la vez, más próspero."
Los economistas tienden a evitar el tema de la distribución. Cuando prestan atención a la distribución de la riqueza, suelen centrarse en la desigualdad de ingresos. Tradicionalmente, los economistas han considerado la desigualdad y el riesgo de pérdidas de trabajo "consecuencias necesarias pero indeseables de los incentivos requeridos, para animar el crecimiento económico." Han contemplado la redistribución como algo que reducía el crecimiento "porque rebajaba los incentivos para enriquecerse." Hay otras teorías que conciben la desigualdad por sí misma como un obstáculo para el crecimiento, "creando inestabilidad política y social y desanimando a los ricos de acumular riqueza." Óbviamente, los niveles altos de desigualdad no sólo perjudican a los pobres sino también a las clases medias. Y, como bien resume, Pankaj Ghemawat: "mientras que la noción comunista de igualdad forzosa de los resultados es claramente una mala idea, las preocupaciones por la distribución de la riqueza no pueden ni deben ser ignorados. Existen buenos motivos para intentar aportar mayor igualdad de oportunidades, si no unos resultados más igualitarios." Veamos como la desigualdad se ha traducido a nivel global, en los países ricos y en los países pobres.
En 2002, el 10% de la población mundial más rica tenía el 57% de los ingresos mundiales, mientras que el 70% más pobre sólo tenía el 5%. ¿Cómo se distribuye la riqueza dentro de un país? y ¿cómo se distribuye entre países? Un indicador que permite conocer las desigualdades es el índice Gini. Actualmente, el índice Gini en todo el mundo ronda entre el 60% y el 70%, "y si observamos la riqueza más que los ingresos, el Gini global se acerca 90%." En paralelo, se ha estado produciendo un declive en la desigualdad total en las últimas décadas, aunque "ocultando patrones mixtos de sus dos componentes: la desigualdad entre países y la desigualdad dentro de los países." Respecto a la desigualdad entre países, la incorporación e integración del sudeste asiático en la economía de mercado ha reducido la desigualdad total, "elevando el nivel más bajo de la distribución de los ingresos." Mientras que, la desigualdad dentro de los países, se ha elevado. Para profundizar más, vamos a ver a continuación cómo se ha desarrollado la desigualdad entre los países ricos y entre los países pobres.
El impacto de la globalización ha provocado enormes inquietudes en los trabajadores de los países desarrollados. De entre esas inquietudes, Pankaj Ghemawat menciona tres: "que los trabajadores no cualificados queden rezagados respecto de los cualificados; que el conjunto de trabajadores pierden poder respecto de los propietarios de capital, y que los puestos de trabajo se hagan menos seguros." Respecto al primero, ha aumentado en los países desarrollados. Es el caso de EE.UU donde ha aumentado la desigualdad "desde 40, en 1980, hasta 47, en 2007." La creciente brecha salarial en EE.UU se ha relacionado con el creciente comercio con los países pobres: "La cobertura en la prensa de empresas que cerraban plantas de fabricación en Estados Unidos y abrían nuevas en países con menores costes de mano de obra alimentó todavía más el miedo y lo extendió entre la opinión pública." Pero, la globalización tan sólo es un factor más: "la economía estaba cambiando de la fabricación a los servicios, los sindicatos perdían fuerza, la tecnología que ahorra mano de obra se implantaba rápidamente..." El cambio tecnológico es la principal causa de la creciente desigualdad, no la globalización: "Tal vez esta última produjera entre un 10 y un 20% del aumento de la brecha salarial." También, existen dudas sobre el papel de la globalización sobre la distribución de ingresos en EE.UU. A pesar de que, EE.UU se había integrado "en los mercados internacionales en las décadas de 1990 y 2000, sin ensachar la brecha salarial entre trabajadores cualificados y no cualificados." Aún así, los trabajadores de EE.UU cualificados o no cualificados podrían estar perdiendo con la globalización. La proporción de ingresos nacionales "que van al mercado de trabajo cayeron entre un 3% y un 4% en EE.UU y otras economías anglosajones, y cerca del 10% en Europa y Japón de 1980 a 2006." Respecto al segundo, "¿Qué explica la proporción descendente de ingresos nacionales en el mercado laboral en los países desarrollados desde la década de los ochenta?", el factor principal que explica esta disminución es el cambio tecnológico. Es el factor determinante de la reducción de la parte laboral de los ingresos nacionales. Respecto al tercero, "¿hace la globalización que los puestos de trabajo sean menos seguros?" En EE.UU, la moderación salarial no se ha traducido en una mayor estabilidad salarial o en una mayor seguridad laboral. La duración de los empleos y del empleo a largo plazo ha ido disminuyendo. Este fenómeno no es sólo exclusivo de EE.UU. sino también en Europa. La globalización podría reducir la volatilidad de los mercados laborales. ¿Por qué? "A medida que los mercados se abren y las ventajas comparativas pasan de un país a otro, los trabajadores de sectores en los que crecen las importaciones se enfrentan a un riesgo creciente de pérdida del empleo, lo que también podría conducir a un desempleo más conflictivo." Otra asociación propuesta entre globalización y volatilidad laboral es que la globalización pudiera facilitar que "los empresarios sustituyan a los trabajadores nacionales por extranjeros." Hay estudios donde se desmuestra, que no se produce esa substitución. Aunque sí hay trabajadores en los países ricos que pierden su trabajo "por culpa de la competencia extranjera y la deslocalización, los mercados laborales siguen siendo apabullantemente nacionales."
Buena parte de la preocupación de los países en vía de desarrollo "refleja la verdadera explotación a la que se vieron sometidos muchos de estos países bajo la bota colonial." ¿Qué ha ocurrido bajo la globalización? La pobreza ha descendido: "el número de personas que viven con menos de 2 dólares al día pasó de 1.600 millones en 1970 a 850 millones en 2006, aunque la población mundial casi se duplicó durante el mismo período." La integración de los países pobres en el comercio internacional ha reducido su pobreza. No obstante, se ha producido una creciente desigualdad dentro de esos países. Un aspecto fundamental es cómo se genera esta desigualdad y cómo influye sobre el crecimiento: "la concentración empresarios es muy distinta de su concentración entre las oligarquías afianzadas. Hay estudios que han mostrado que la riqueza multimillonaria de los ricos hechos a ellos mismos promueve un crecimiento económico más rápido, mientras que los altos niveles de patrimonios en manos de herederos llegan a restar hasta dos puntos porcentuales al año. La riqueza afianzada plantea un reto especial en algunos países en vías de desarrollo: las posesiones de los multimillonarios de media, representan menos de un 3% del PIB en los países industriales, pero el 13,3% en algunos países del Este de Asia." La globalización puede afectar a los mercados laborales de los países pobres. Los trabajadores pueden perder el empleo por la competencia extranjera. La globalización puede beneficiar a los trabajadores, si se produce una mayor apertura que impulse la creación de empleos, convirtiendo "el potencial demográfico de los países pobres en prosperidad real."
¿Cómo podemos construir un mundo más justo? Para Pankaj Ghemawat es posible un mundo más justo y próspero, promoviendo la productividad y protegiendo a las personas, más que "proteger los puestos de trabajo." Debemos aprovechar los beneficios del comercio pero sin olvidar la seguridad laboral. Las políticas para fomentar la productividad y proteger a las personas son responsabilidad de los gobiernos: "Éstos tienen la capacidad de estimular una demanda sofisticada, abrir el acceso a inversiones extranjeros, incrementar la rivalidad entre empresas, facilitar la redistribución de recursos, financiar la formación y los seguros de desempleo, etcétera." Pero también hay quien piensa que la globalización cuarta a los gobiernos esta función a favor de las multinacionales.
Revista Cultura y Ocio
Quinto fallo de mercado en la integración transfronteriza: la explotación global
Publicado el 16 mayo 2015 por DoloresfuentesSus últimos artículos
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