El Museo de América de Madrid contiene muchas cosas de interés. Si hubiera que caracterizarlo por algo nos quedaríamos con la omnipresencia del mestizaje: múltiples pinturas regulan hasta la saciedad el nombre de la descendencia de las diferentes parejas. Una estricta división en castas desde el tendencioso punto de vista del colonizador.
En términos matemáticos nos fijamos en un pequeño quipu de la época inmediatamente anterior a la conquista. Los incas no tenían alfabeto aunque si pictogramas y una forma de reforzar la memoria en representación decimal eran los quipus. Cuerdas, subcuerdas y varios niveles de nudos permitían la representación matemática. Los números se asociaban con cantidades o con hechos. En el quipu de Madrid se observan bien las unidades, decenas y centenas.Cuando los físicos de hoy buscan en las cuerdas vibrantes de once dimensiones la explicación del micromundo, la unificación de las cuatro fuerzas, no podemos dejar de tener presente estos quipus como metáfora.
La joya del museo es el Códice Tro-cortesiano pero nos ha interesado más el Códice Tudela por estar más relacionado con el Calendario Mexica. Años administrativos de 365/366 días y ceremoniales de 260. Meses de 20 días en años de 18 meses. Ciclos de 52 años que son 650 lunas. La regularidad de los ciclos astronómicos condiciona la vida material y la ritual.