Te propongo un juego, átate una cinta alrededor de la cabeza, y en lado izquierdo o derecho, pegado a tu oreja, engánchale un cascabel. Cada vez que te muevas sonará, si corres sonará más, así hasta que pierdas poco a poco la audición de ese oído, pero no pasa nada, es tan gracioso el sonido...
Si la simple idea te parece una locura, imagínate la locura literal que tiene que ser para un gato o un perro llevar ese sonido cuando su sentido del oído está muchísimo más desarrollado que el nuestro. El sonido se trasmite por medio de ondas, cuya frecuencia de vibraciones se mide en hercios (Hz). En el ser humano esta frecuencia es de 20-20.000 Hz. mientras que en los perros es de 20-65.000 Hz. A más frecuencia más agudo es el sonido. De ahí que les sea molesto ciertos sonidos que para nosotros pasan desapercibidos. Por este motivo y por el hecho de que con el tiempo pierden audición, está desaconsejado ponerles un cascabel. Es cierto que muchas personas con perros muy pequeños, como el Yorkshire o el Chihuahua se los ponen para no pisarlos, tranquilos que ellos en cuestión de reflejos son mejores que nosotros, ya se cuidarán de no ser pisados.
"Debidamente entrenado, el hombre puede llegar a ser el mejor amigo del perro"(Corey Ford)