Alexandre Farto añade lo poco que hace falta quitar para que lo feo y lo viejo se transformen en lujo de nuevo.
No es la primera ni la segunda vez que hablo de pátina, de muros desconchados, de paredes sin pintar, de manchas y defectos. Mencionarlos es hablar de la belleza que reside entre la suciedad, es ver el tiempo pasar. Yo quiero que los muros se transformen en delicados lienzos, y las dificultades en fuentes de inspiración.
A los que quieran seguir soñando les recomiendo les recomiendo que no cierren los ojos cuando se pasen por Papelote en Praga, HUB en Madrid, o Maison de l’Architecture en Paris.
Vía materialicious