Revista Coaching
Con frecuencia sentimos malestar por pequeñas cosas que soportamos en nuestra vida cotidiana y que nos resultan fastidiosas. Nimiedades en medio del camino, con las que topamos frecuentemente. Pequeños obstáculos, que tienes que esquivar, que están ahí, como piedrecillas en los zapatos; te molestan, pero sigues andando, más lento, con algo de dolor, pero sigues y todo ello por no pararte, sentarte un momento y quitártelas.¡Ah!!! ¡Que alivio cuando lo haces!!!
Esa infinidad de cosas que toleras te absorben energía, te malhumoran y perjudican tu productividad.
Algunos ejemplos podrían ser:
-Tu archivador se quedó pequeño hace algún tiempo. Lo tienes atiborrado. No cabe nada más. Para sacar una carpeta tienes que hacer un esfuerzo y luego ya no puedes volverla a meter. Ya tienes fuera un montoncito de carpetas, a la espera de un archivador nuevo. Cada vez que tienes que buscar algo sientes un verdadero fastidio.
-A tu mejor camisa se le cayó un botón, ahí está a la espera de que alguien se lo cosa. Ya has ido a un par de citas en las que te hubiera gustado lucirla, pero no te daba tiempo. Te has plantado otra cosa, pero has ido un poco a disgusto.
-Se te ha estropeado el interruptor del despacho. Hay que darle repetidas veces para que se encienda la luz. Llevas así un mes, cada vez que lo utilizas sufres pensando ¿Funcionará? Encontrar un lampista con urgencia es difícil. ¿Amas el riesgo, verdad?
-Recibes en tu correo diario sesenta “power-points” de tus amigos. Son paisajes, flores, música, consejos para prevenir atracos y bacterias; les das una ojeadita por si entre ellos hay algo importante. Pierdes mucho tiempo pero te sabe mal mandar un correo a todos y decirles que “por favor no te envíen más” .Y así resistes día a día, repasando y borrando e-mails.
Empieza por apuntar que es lo que te molesta, obstaculiza o te hace perder tiempo.
Haz una lista y mantenla abierta para tachar lo resuelto y añadir nuevas “molestias”
Te sorprenderás de las cosas que te fastidian.
-Ves haciendo huecos en tu agenda para ocuparte de reparaciones, compras y tareas.
-Aprovecha por tirar lo que no sirve y te está obstaculizando el camino.
-A menos que seas muy manitas solicita la ayuda de un profesional para las reparaciones o pequeñas instalaciones. Te evitarás mucho desgaste de energía y posibles desastres.
-Aprende a decir NO a situaciones que te resulten fastidiosas y sean evitables.
Intenta eliminar “las piedrecillas” que tengas cuanto antes e impide que se te instalen de nuevas. No lo pospongas, evitarás que te salgan ampollas.
Que tengáis un buen día.
Montse
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