A lo mejor la vida nunca ha sabido apreciar lo bonito que es todo cuando tú sonríes. Quizá es ella la que tendría que habernos enseñado a valorar los pequeños detalles, pero realmente cuando más tenemos más queremos y todo resulta imposible.
No sé, a veces pienso que no es cuestión de darse cuenta ni de salir de casa necesitando valorar cada paso que damos.
Para mí es más como un sentimiento que crece y te das cuenta de que nunca va a desaparecer de tu mente, a fin de cuentas todo lo que tengamos que hacer por obligación nunca sabe tan bien.
Qué más da si es en el sofá de tu casa o en un mirador, qué más da, si realmente prefiero tus besos en cualquier lugar que las experiencias al lado de quien no me haga tener momentos poéticos y crecer como persona.
Cada uno sabe donde está en cada momento y donde le gustaría estar, si no es donde deseas pelea por llegar allí algún día,
pero sino, sonríe a todo el mundo que te diga lo contrario sintiendo lástima por ellos, porque probablemente les encantaría poder valorar simples detalles que te hacen feliz y que para ellos no son suficientes.