Revista Cultura y Ocio

Quizás es verdad y la fotografía es un estado de ánimo

Por Kucko

He leído bastantes veces que la fotografía es un estado de ánimo, un sentimiento, algo que sale de dentro, etc… Siempre he pensado que esta frase es una forma rebuscada de decir que la fotografía permite transmitir pero últimamente me lo estoy tomando más al pie de la letra.

Hace unas semanas estuve en un cursillo de cata de vinos. De algún modo la conversación evolucionó y el profesor habló unos momentos de música, y más en concreto de Sabina. En resumen dijo que las letras de Sabina suelen ser tristes y de desamor, pero que si se echa novia y es feliz ya le falta la inspiración para escribir buenas letras. Es posible que a los fotógrafos (aficionados) les ocurra lo mismo.

Habrá quien diga que a los que nos gusta salir a hacer fotos tenemos una ventaja: En ocasiones las fotos nos las encontramos, es ver algo y disparar. Pero si seguimos esa idea es lo mismo que decir que un aficionado a la pintura le basta con coger los pinceles y ponerse a pintar lo primero que vea, o que un escritor puede coger un boli (o un portatil), salir a la calle y describir lo que ocurre. Sin embargo ese pintor cogerá su instrumental sólo si se siente animado para pintar porque sabe que en caso contrario la obra que consiga será para tirar a la basura, y el escritor si no logra emocionarse con lo que escribe no conseguirá avanzar. En la fotografía pasa lo mismo.

Es cierto que en todos lados hay fotos pero para encontrarlas primero hay que tener el ánimo de coger la cámara y después de ir viendo la vida con otros ojos, pensar en encuadres y en como quedará la imagen al final. El coger la cámara es lo menos trabajoso (salvo por el peso), pero ir viendo la vida pasar y tener el ánimo de enmarcarla entre cuatro bordes cuesta más de lo que parece… al menos cuando el ánimo no va acompasado con la fotografía que buscas.

Igual que un cantautor de canciones de desamor es más complicado que se inspire si es feliz en el amor, algo similar le ocurre a un fotógrafo que le gusta hacer fotografías de denuncia social callejera: es complicado que lo logre si comienza a vivir en la zona más cara de la ciudad con servicio a su cargo. O el punto contrario, un fotógrafo que lo que le encanta es captar algo bello no lo va a conseguir si lo ve todo gris. En estos casos o el autor cambia de registro o si no lo tiene complicado.

De un tiempo a esta parte te metes en blogs y redes sociales de fotografía y parece que lo triste le está ganando terreno a lo alegre. ¿Será que cada vez hay más aficionados a la tristeza y melancolía o simplemente que los que antes eran alegres han tenido que cambiar su manera de ver la vida?

Al final la foto está en el que mira y como dijo Ortega y Gasset “Yo soy yo y mis circunstancias” con lo que todo está relacionado.

La verdad es que tengo ganas de volver a ver más fotos alegres.


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