"La vida es un continuo cambio de costumbres, amistades, formas de actuar y de pensar, ideales, amores, incluso de fe. Y sin embargo, es solo cuando te encuentras por casualidad delante de una vieja costumbre, cuando entiendes cuánto la has echado de menos, cuánto se te ha arrugado la piel sin que te dieras cuenta. No digo que tengan que quedarse contigo para siempre, sobre todo porque a la larga pueden transformarse en un pesado lastre que acarrear".
Lorenzo Marone (Nápoles, 1974) es un abogado que escribía relatos en su tiempo libre, hasta que decidió dejar su profesión para dedicarse por completo a la escritura. Desde entonces, no ha dejado de tener éxito con todo lo que ha publicado en Italia, traduciéndose algunos de sus libros en países como España. Aquí han llegado de la mano de Harper Collins.
Llegué a Marone por Fernando de Libros en el petate. Me recomendó este y otros títulos del autor por activa y por pasiva, y en una visita a la librería me hice con un par ejemplares para hacer mi lectura acompañada por Mónica de Serendipia. Lo ajena que estábamos ambas a que la haríamos durante el confinamiento. Debo decir que, pese a la falta de concentración en ese momento, la elección no pudo ser mejor: era justo el libro que necesitaba.
Conocemos a Luce, una mujer a la que le importa poco (aparentemente) el qué dirán. Pelo muy corto, botas militares y una vieja vespa son sus señas de identidad. Pertenece a una familia algo atípica y se ha criado en los Quartieri Spagnoli, de donde nunca ha salido (un barrio de Nápoles arrinconado durante demasiado tiempo por el lastre de la camorra).
Luce es abogada en un despacho dirigido por un carca mujeriego cuyo éxito profesional se debe a los trapicheos que hace bordeando los límites de la ilegalidad. Pese a ser una buena profesional y licenciada cum laude, a Luce solo le asignan tramitaciones y gestiones sin importancia, hasta que un día, ante sus reiteradas quejas por su estancamiento laboral, le asignan un caso de mayor relevancia: un importante cliente se ha separado de su mujer y quiere quedarse con la custodia de su hijo. El encargo consistirá en hacer el seguimiento de su mujer, que vive sola con su hijo, con el propósito de desacreditarla y demostrar que no es buena madre.
Nuestra protagonista acepta el trabajo a regañadientes, pero su vida cambiará cuando conozca a la misteriosa mujer y a su hijo, cuando descubra la identidad del importante cliente y se crucen en su vida personas que le harán replantearse todo.
El personaje de Luce es maravilloso y te conquista poco a poco. Es una mujer con mucho carácter, sin pelos en la lengua, algo brusca, pero muy sensible y con un elevado sentido de la justicia. La protagonista se rodea de unos secundarios entrañables que hacen de la novela una lectura muy agradable. Marone se vale de sus personajes para plantearnos situaciones con las que podemos identificarnos fácilmente, invitándonos a reflexionar (¡no he dejado de subrayar!). En definitiva, una novela feelgood a la italiana, con mucha ironía, sentido del humor y encanto. Sin duda, repetiré.