Revista Economía

Quo vadis, España

Publicado el 23 octubre 2023 por Pacolopez

Aparte de los vaivenes políticos, que en España no llevamos nada bien, creo que la crisis climática, de la que el país va a ser uno de los más afectados, nos va a poner en una situación crítica en el horizonte de finales de esta década.

El calentamiento global, que nos ha traído ya un largo período de sequía y unas altas temperaturas en períodos prolongados hasta ahora nunca vistas, pone en peligro dos sectores clave en nuestro país: el primario (la agricultura y ganadería) y el terciario (en especial los servicios turísticos, la gran industria nacional).

Las cosechas de 2022 y 2023 han sufrido caídas importantes. En 2023 la cosecha de cereales ha caído un 30% y la de aceite de oliva más del 50%. ¡Y los costes se han incrementado un 35% respecto a 2019!

Como un castillo de naipes, se ha visto afectada la inflación, porque el IPC de los alimentos ha alcanzado +10,1% en el mes de agosto de 2023.

Y lo peor es que los científicos auguran que las malas condiciones climáticas se mantengan o incluso vayan a peor, dado que el calentamiento global dista mucho de haberse detenido.

El primer efecto es que la cuota española en las exportaciones globales de alimentos, que venía creciendo, va a sufrir un importante frenazo e incluso probablemente una fuerte caída. En el aceite de oliva, del que somos la gran potencia productora y exportadora mundial, la pérdida de mercados parece imparable. La gran cuestión es si serán recuperables, pero no hay razones para el optimismo.

Por que la gran pregunta es esa: ¿es un problema coyuntural o es estructural y nunca volveremos al pasado?

Y el otro frente afectado por la crisis climática es el turismo. A corto plazo el impacto es extraordinariamente positivo, alargando la temporada alta y haciendo casi desaparecer la temporada baja. El dinero llueve sobre la industria turística española, y contribuye a que el crecimiento del PIB esté entre los más altos de la Unión Europea. Pero a largo plazo debemos preguntarnos si será sostenible si se mantienen las olas de calor insoportable que hemos sufrido este año y que posiblemente sigamos sufriendo, incluso agravadas, en el futuro. Si es así, llegará un momento en que el turismo se hundirá. Sobre todo el turismo de sol y playa, que es nuestro producto estrella.

La combinación puede ser letal: calor insoportable e inflación descontrolada, además de altos índices de inseguridad, porque la inflación descontrolada y el derrumbe del sector turístico puede aumentar seriamente el desempleo y la precariedad, que derivarán en desesperación e inseguridad.

La economía (y la sociedad) española se sustenta en lo fácil: el turismo. Simplificando mucho, somos un país de camareros y cocineros, que desprecia la educación, la innovación y el emprendimiento. Un camino que nos acabará convirtiendo en un país de pobres. Ya estamos en ese camino.

(Disculpad si me he metido demasiado en una temática política, pero es lo que veo y no podía reprimirme sin decirlo)


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