Qverno y Niña Coyote eta Chico Tornado demostraron que son verdaderas apisonadoras y El Sol se ha quedado con su impronta. Dos formaciones con muchos nexos en común y mucha fuerza se dieron cita en El Sol con dos directos que serán recordados.
Qverno llegó con un formato cuarteto con novedades en la zaga, no han perdido su toque y la verdad es que el 2020 les ha sentado bien y su show llegó con un sonido marcado y las canciones de su primer disco, un directo que ya habíamos disfrutado, canciones como El camino, Tarde y Zaldi Eroak aparecieron dentro de este repertorio donde la potencia instrumental y la actitud estaban realmente presentes con la verdadera actitud de una banda de rock. Una banda de rock que tiene suficiente madurez como para crecer sin parar.
Parece que Qverno ha empezado el 2020 con contundencia y es que son un cuarteto de ideas claras y las canciones en directo han madurado lo suficiente como para crecer tanto como para que los fans de primera fila no dejen de sudar dado que no pararon de bailar y cantar. La opción de empezar con El camino y posteriormente seguir con Vampiros de Neón era la manera más clara de demostrar las inquietudes y la visión del grupo a la hora de ir a matar desde el inicio. En el ocaso 1% y Automático hicieron las delicias de los fans, demostrando que en el disco hay mucho picante sonoro. De despidieron agradecidos, con una sonrisa y prometiendo volver a tocar en Madrid pronto, por lo que estaremos atentos.
Niña coyote eta Chico Tornado empezaron a montar, la pedalera y los cinco amplificadores y la batería en primera fila ya eran lo suficientemente atractivos como para empezar a acelerar el corazón a todos los asistentes. Empezaron con Errautsak y lo que quedaba de concierto sería muy imponente; el siguiente tema era Cabezacubo y la pegada de batería ya estaba en consonancia con los fans que empezaban a entrar en calor y la parte de guitarras no dejaba de tomar temperatura y de ganar calor, el muro del sonido era latente y una canción como Jubgle Tornado sonó como esa apisonadora que les precede, lo mismo que en Diana & Sebastian y en Coyote Trail que marcaba la mitad del concierto, una mitad que gracias a su forma de hilar canciones y de ir tocando sin parar se nos hizo realmente corta.
Segunda mitad y segunda puesta de largo de este dúo, un dúo que no hizo concesiones y no bajó el ritmo (salvo para agradecer a los fans la asistencia al show). Once canciones, once oportunidades más de que el dúo volviese a dejar su impronta; canciones como Hosta o Bai Bye o los tres bises donde el cierra era Killing in the name para cerrar la fiesta de la mejor manera posible. No sabemos si es un idilio como tal, pero lo vivido en El Sol será recordado por la calidad del directo y por la actitud del dúo con un show que quedará para la historia.
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