Siempre había pensado que las rabietas aparecían a partir de los dos años, pero me temo que en esto Valeria ha sido precoz. O eso, o todavía no me he enterado bien de lo que es una rabieta, y en ese caso, me puedo preparar, porque si las cosas aún pueden empeorar, creo que debería ir pensando en mudarme una temporadita al Tíbet a coger fuerzas.
Que Valeria tiene genio es algo que sé desde siempre. Pero llevamos una temporada en la que le dan unos arrebatos que se convierte en una especie de Chucky. Si se enfada, se pone a gritar, pero con unos gritos que van desde unos agudos que ni Monsterrat Caballé a unos gritos guturales y roncos que cada vez que los escucho me hacen pensar en la niña del exorcista. Todo ello aderezado con pataleos, manotazos, y movimientos parecidos a los de un bailarín de break dance.
Si la intento coger en brazos para consolarla, me rechaza, me empuja. Si le ofrezco el chupete me da manotazos. Si le hablo o le canto, grita aún más fuerte. Se tumba donde esté y empieza a dar vueltas como una croqueta mientras chilla y no hay manera de sacarla de ese estado, porque cualquier cosa que hagamos parece empeorar la situación.
Este tipo de crisis le dan por los más diversos motivos. A veces se despierta así en mitad de la noche, no sé si porque le duele algo o simplemente porque se ha despertado. La única manera de sacarla de ese estado es, o bien sacarla al pasillo o bien darle un biberón. Hay noches que ha llegado a tomarse 6, lo que me parece un exceso, y lo peor es que no se los termina, toma un poco hasta que se calma, 20 ó 30 ml y el resto lo deja. Pero si hay que repetir ese ritual una vez por hora, pues acabamos agotados.
También le pasa por el día. Si la bajo del columpio en el parque, ya la tenemos montada, cuando la bajo, arquea la espalda todo lo que puede, que me da pavor porque se puede hacer daño, mientras chilla y patalea. La tengo que dejar tumbada en la arena hasta que se le pasa, porque es el sitio más seguro. Si se enfada, se tira de espaldas y le da igual donde esté, es algo que me da miedo porque se puede hacer mucho daño.
Si la bajamos del tobogán, más de lo mismo. Si quiere coger algo o ir a algún sitio y no le dejamos, rabieta. Si a todo esto le sumamos que no tiene una idea buena, pues os podréis suponer que pasamos el día intentando capear con los arrebatos de mal genio. Porque trasto es un rato. Sus juguetes no le llaman mucho la atención, ahora, todo lo demás... sus aficiones últimamente son: sacar las toallitas de su caja (y a ser posible, comérselas), chupar cualquier bote que pilla (el día que logre abrir tapas se me emborracha con la colonia), abrir cajones y sacar tooooodo lo que pilla, tirar cosas a la bañera, abrir la tapa del WC, meter las manos en cubos (incluyendo el de la basura y el de la fregona), comer pelusas, hacer equilibrios subida donde pille, tirar arena al aire (y le cae en la cara), meterse en el arenero de los gatos cada vez que puede, abrir la caja de herramientas y chuparlas todas, sacarse la comida de la boca y tirarla al suelo para luego pedir otra cucharada, chupar zapatos... todas estas conductas conllevan un "no", y cada no es motivo de rabieta, unas más breves, otras más intensas, en algunos casos consigo anticiparme y evitarla... pero en fin, os podéis hacer una idea de los días que estamos pasando. Si a esto le sumamos que últimamente duerme fatal, pues andamos todos como zombies.
De todos modos, con esta cara se la ve venir, ¿no?