Revista Diario
Siempre pensé que las rabietas eran algo típico de los 2-3 años. Lo cierto es que Chiquinini no ha tenido grandes rabietas, y las que ha tenido se podrían contar con los dedos de una mano. Cuando ha pasado, ha sido relativamente fácil reconducir la situación y la única rabieta que recuerdo realmente grande fue estaAsí que asustadita estoy con Chiquinina. Es una niña dulce y cariñosa, pero al mismo tiempo tiene un gran genio. Me recuerdo a mí misma diciendo cuando tenía pocos meses aún, “pero qué genio tiene esta niña”.A veces se coge berrinches importantes cuando se la contradice o no consigue lo que quiere. Pero hace unos días la cosa se puso ya en plan rabieta de toddler de 2 años que se tira al suelo y patalea. Nunca había visto cosa igual! Estaba como fuera de sí y la rabieta duró cerca de una hora de reloj, con sus 60 interminables minutos. No podía creerlo. De hecho durante un buen rato no tuve claro si era un enfado o le pasaba algo físico, se estaba poniendo mala, le dolían las encías, tenía retortijones, yo qué sé..Cuando pasó pasó. Igual que vino se fue. No supe qué hacer porque con un crio tan pequeño ya no es que no se pueda razonar, es que no entiende a penas lo que le pueda decir. No sirvió de nada ni mantener la calma, ni darle opciones, ni la indiferencia, ni nada …Qué mal cuerpo se me quedó para el resto del día. Y mucho me temo que esto es sólo el principio. Pero bueno, visto con cierta persepectiva hoy, de todo se aprende..