Llevo casi, casi 5 meses sin subir reseña de ningún libro. Sinceramente, no me apetece. Disfruto mucho de la lectura sin tener que analizarla. Leer simplemente por el placer de leer. Desde El señor de las profundidades he leído 31 libros, de los que no he subido reseña de ninguno y de golpe me encuentro con dos que podrían hacer que reabriese el blog.Por un lado, la novela La franja de la vida. Esta novela me la envió en formato electrónico el autor, Gonzalo Gober-Cézanne. No le conocía de nada y le dije que no le prometía nada pero, aun así, decidió enviarme un fichero pdf. Cuanto más leo, me parece que la novela es menos recomendable, cada vez le encuentro más fallos pero, ya veremos. Le explicaré todos los "fallos" que, a mi juicio, he encontrado antes de reseñarla, si es que llego a hacerlo, pues no creo que merezca la pena romper el sueño del blog por esta novela primeriza.Por otro lado, la novela En la ciudad oscura, de Ángel Torres Quesada, de AJEC antes de que echasen el cierre. Nos encontramos ante una vuelta de tuerca en la narrativa de Torres Quesada, que nos mete de lleno en un Madrid distópico de la mano de un policía amargado, drogadicto y fracasado. Vamos, novela negra pero con tintes de ficción distópica. La novela en si, es bastante interesante, aunque me sigo quedando con registros anteriores del maestro Quesada, pero la edición, uy, la edición.Que rabia más tremenda me ha dado leer este libro. La edición de AJEC es inefable, inmunda. Está plagada de erratas, faltan palabras continuamente, el término "que" desaparece en infinidad de frases, y son muchísimas, ¡pero muchísimas! a las que tienes que ponerle tú la palabra que crees que falta para que tenga sentido.Se ha hablado mucho de las malas ediciones y traducciones de La Factoría de Ideas pero, de verdad, yo nunca me había encontrado con una edición de texto tan lastimosa como esta. Parece hecha por un corrector informático que, evidentemente no va a encontrar los errores, pues si faltan palabras, no las va a poner por si mismo. Se echa en falta una nueva lectura por parte del autor para encontrar gazapos (que los hay a millares); unas galeradas de libro que hubieran arreglado una novela que podría haber sido mucho mejor si no estuviese tan lastrada por los errores gramaticales y de imprenta.No he abandonado el libro a las primeras de cambio por ser el autor quien es y porqué la historia en sí no estaba del todo mal, pero se lo merecía por la cutrería editorial que me he tragado.No sé, ahora mismo estoy rabioso y me ha dado por subir esta entrada. Ya veremos.
Un abrazo