Hace años corría un chiste racista que preguntaba “¿Por qué en USA hay negros y en España hay catalanes?”, y la respuesta era “porque ellos escogieron primero”. Desafortunadamente creo que este chiste refleja una realidad cada vez más evidente.
La catalanofobia no solo existe sino que está muy extendida y profundamente arraigada, aunque estoy convencido que la mayoría de los españoles que nos odian en realidad desconocen las razones de su odio.
El hecho de que el odio irracional a Catalunya esté tan extendido es precisamente lo que impide solucionar en sus niveles más mínimos el encaje de Catalunya en España. Los mismo que crearon el problema actual, Aznar, Rajoy y el resto del PP ayudados por sociatas y Ciudadanos de Rivera no solo no harán nada por solucionarlo sino que evitarán la más mínima acción que pudiese mejorarlo por la sencilla razón que la última década ha demostrado sobradamente que la catalanofobia es una gran fuente de votos, votos irracionales capaces de votar a corruptos declarados siempre que perjudiquen a Catalunya, pero votos al fin.
La crisis del independentismo catalán ha servido como prueba irrefutable de quien odia y a quien se odia. La reacción tanto del gobierno y los principales grupos políticos como de la ciudadanía ha sido mil veces más dura e incluso violenta contra un independentismo pacífico y democrático como el catalán que lo fue y lo es contra el independentismo vasco, ETA incluida. Hoy día en toda España, no ya el independentismo, incluso el nacionalismo catalán, es tratado como los apestados y quienquiera que se relacione con ellos es considerado como un traidor a la patria.
Esta semana, con la carta al Rey y su negativa respuesta ha sido un gran ejemplo de que en Madrid, y mientras dure el régimen del 78, ni se tiene en cuenta una posible solución pactada, ni se plantea más solución para Catalunya que la redición incondicional y la obediencia ciega, rendición que jamás se producirá con lo que se aseguran la continuidad con final imprevisible del problema y de la generación de votos.
Suiza es un gran ejemplo de que la diversidad crea riqueza no solo cultural sino incluso económica. La cultura e idioma de cada cantón es respetada al máximo por los demás y es bastante frecuente que un suizo hable el idioma de su cantón y uno o dos más de los otros cantones, aparte del inglés.
España es un gran ejemplo de cómo convertir la diversidad en un grave problema y como despilfarrar y destruir la riqueza que crea. De cómo convertir la gestión del país en un concurso o una carrera para utilizar el poder para asegurar que la riqueza irá donde interesa al poder, aunque el destino final empobrezca el país en vez de enriquecerlo.
Por cierto, no me creo la noticia que afirma que gracias a una llamada de Merkel a Rajoy la agresión policial del 1 de octubre no fue peor todavía. Es muy probable que la llamada se produjese pero más bien en el sentido “te has pasado querido Mariano”, que para obligarle a cambiar sus planes, y no me lo creo porque supone una actitud que no encaja ni aparece en todas las barbaridades antidemocráticas que ha cometido el gobierno Rajoy con Catalunya, que son muchas. Me lo creería si Merkel hubiese por ejemplo reaccionado también de alguna forma ante los presos políticos y exilados en base a delitos inexistentes, más todavía cuando los propios jueces alemanes rechazaron la extradición de Puigdemont por el más grave de los delitos de que se le acusa: la rebelión, y muy probablemente rechazaran también la extradición por el delito de malversación, y todo y que sus propios jueces demuestran que en España hay presos políticos la señora Merkel solo abrió la boca en relación con el tema para mandar callar a una ministra de su gobierno que había emitido una más que suave crítica a la formas del gobierno Rajoy.
Sobre las aparentes primarias del PP, aplicando el sentido común yo me quedaría con García Margallo porque es el más abierto, perdón, el menos cerrado, de todos los importantes del PP, pero si aplico las ganas de ver y oír burradas la candidata sin duda es Cospedal.