Radares de velocidad. A Tráfico le trae sin cuidado la ley

Tráfico no respeta las normas

Yo soy de los que piensa que si Tráfico quiere que nos creamos que solo le preocupa nuestro bien y que no tiene afán recaudatorio de ningún tipo, lo primero que debería hacer es dar una muestra de buena fe y respetar las normas. Si quien aplica las sanciones se salta los principios básicos de la normativa pierde toda credibilidad y no merece que se le respete en absoluto. Tráfico no tiene ninguna fuerza moral para ello y eso es lo que pasa con los radares de velocidad y los márgenes de error aplicados en las sanciones, o mejor dicho, en los márgenes de error NO APLICADOS en las sanciones.

Todos los cinemómetros tienen, según su propia homologación, unos márgenes de error que deben ser contemplados para no perjudicar al denunciado con una sanción por encima de la que le corresponde según la velocidad real a la que circulaba en el momento de ser sancionado. Y aplicar los márgenes de error no es nada complicado porque ni siquiera va en función del tipo de radar, dado que se establecieron hace mucho tiempo unos márgenes genéricos que se tenían que aplicar. Los márgenes solo distinguen si el radar es fijo o es móvil, y si la velocidad es inferior o superior a  los cien kilómetros por hora, así de simple y fácil de aplicar.

Recordemos los márgenes que esta gente está obligada a aplicar:

Desde el año 2006 —¡hace ya ocho largos años de eso!—, los márgenes de error permitidos se fijaron en 4 km/h, para mediciones de velocidad iguales o inferiores a 100 km/h realizadas por radares fijos o del cuatro por ciento para velocidades superiores.

Cuando se trata de radares móviles los márgenes son  de 7 km/h para mediciones de velocidad iguales o inferiores a 100 km/h o el siete por ciento para velocidades superiores.

Lógicamente los porcentajes se aplican —o debieran aplicarse—  sobre la velocidad a la que fue tomada la fotografía que se usa como prueba en la sanción.

¿Qué hacen los benditos de Tráfico?

Muy sencillo: saltarse la normativa sistemáticamente y sin ningún respeto y no aplicar los márgenes, lo cual redunda en sanciones económicas mayores y en pérdidas de puntos del usuario cuando no debieran perderse.

Y quieren que nos creamos su buena fe, que los radares solo los ponen en lugares peligrosos por nuestra seguridad y que no tienen afán recaudatorio.

Con su actitud no me dan ninguna credibilidad. Que no me pidan que me crea nada de lo que digan.

Curiosamente el 17 de septiembre del pasado año 2013 escribí un artículo en el que daba mi opinión sobre si los señores de Tráfico respetaban o no los márgenes legales. Me aventuré a decir que no, quizás por ciertos prejuicios que debo admitir que tengo con esta tropa, pero ahora ya han aparecido publicaciones que afirman que no solo no se aplican, sino que no se aplican nunca. En definitiva, lo que yo me temía.

¿Nos libraremos alguna vez de la amenaza de los radares de velocidad?

No sé si será cierto o no porque aparecen noticias del año 2010 pero no he vuelto a ver nada más cercano. Me refiero a la posibilidad de que ya en algunas zonas de Estados Unidos empezaron a prohibirse los radares, tanto de velocidad como de semáforo porque hubo unos estudios que afirmaban que eran simplemente recaudatorios y que lejos de reducir los accidentes, en algunos casos podían incrementarlos, lo cual tiene cierta lógica porque si uno tiene que ir pendiente siempre de si hay algún radar o no, es muy fácil no percatarse de otras amenazas del tráfico.

Ramón Cerdá