Revista Cultura y Ocio
Este domingo salió en formato digital el nuevo y esperado disco de los británicos de Oxford, Radiohead. Del mismo adelanté aquí los dos primeros temas, con sus correspondientes vídeos, Burn the witch y Daydreaming. La evolución de este grupo en sus últimos trabajos es lógica y este disco en el que hay algunas canciones antiguas rescatadas (que han ido dejando madurar), es una colección de temas de medio tiempo accesibles para el público medio, pero claro, que han de ser entendidas desde esa evolución de la que hablo. Aquí hay mucho arreglo de cuerda, tramos incluso orquestales, pero también están los Radiohead de los últimos discos, algo más centrados en sonidos envolventes, con increscendos y bajadas, malabarismos compositivos y en cuyas letras hay las ya recurrentes preocupaciones medioambientales y este mundo que se va a pique, y la tristeza de la ruptura de la relación de Thom Yorke, con la que ha sido su pareja durante los últimos 23 años.Desde luego en este álbum si que es cierto que hay menos electrónica, no estamos ni mucho menos ante un disco como aquel Kid A, a decir verdad diría que es una mezcla entre In Rainbows (su lado más calmado) y The King of limbs con el que se emparenta más musicalmente, incluso diría que es como su segunda parte.Eso si, para el lanzamiento de este trabajo, la banda a vuelto a demostrar que son unos maestros a la hora de convertir algo en principio rutinario, en un acontecimiento mundial, para lo que han utilizado el truco de convertirlo en un juego, para los millones de fans que tienen en las redes sociales.
Burn the witch inicia el disco, con esa sección de cuerda que domina el tema, y ese increscendo que acaba casi en la parte final en un chirriante sonido, pero en todo el minutaje hay una sensación inquietante, de banda sonora de película de miedo y claro el vídeo es el complemento perfecto, con aquella imitación a la serie de dibujos animados de los años 70 "Camberwick green", en definitiva una canción épica (como tantas otras de la banda) pero de otra forma. Daydreaming es quizás la canción que más me ha descolocado del disco, aunque gana con las escuchas, con ese vídeo dirigido por Paul Thomas Anderson, en el que Thom Yorke abre mil puertas en medio de un deambular errático, tema melancólico y como de soñar despierto, en el que se repite la frase "Es demasiado tarde" y musicalmente un piano mezclado con bases electrónicas y esa mezcla de voces finales con lo que podrían ser gruñidos. De todas maneras la forma de cantar de Yorke estremece. Decks dark me parece la continuación perfecta del anterior tema, aquí también el piano es claro protagonista, pero esta vez se une el bajo de Colin, y más tarde la batería de Phil, creando una atmóstera con los coros realmente magnífica, una melodía sin duda atrayente, muy Radiohead, y donde se oyen guitarrazos como en segundo plano. Desert island disk empieza con guitarra acústica, y al parecer tiene relación con un programa de la BBC4, en el que personajes famosos hablan de los discos que se llevarían a una isla desierta, algo así como en plan de broma. Ful stop es sin duda la canción más sorprendente del álbum en el sentido positivo, con un ritmo constante que viene desde abajo en el inicio (aquí si me recuerda a pasajes de Kid A) con esa atmósfera axfisiante, canción eminentemente electrónica, y esa voz de Thom que más que cantar... suplica. Me encanta el cambio de ritmo justo a la mitad que coge un aire tremendo, a parte de un nuevo sentido.
Glass eyes es una canción donde vuelven los arreglos de cuerda y esa pequeña orquesta, quizás muy lenta, algo adormilada y sin un objetivo claro, sobre nebulosas. Identikit es otra cosa, canción que se me emparenta muchísimo con The King of Limbs, con ese ritmo entre nerviosillo y constante pero algo robótico, todo ello engalanado por unos coros de segundas voces sobre la principal de Yorke, y esas guitarras engarzadas con el bajo y la batería, además de esos teclados a lo Kraftwerk. The numbers tiene multitud de matices sonoros, guitarras acústicas, sonidos de fondo, pianos, vuelven los violines, es como una amalgama total en medio de un ritmo que no acaba de explotar, como contenido. Present tense tiene base de bossanova curiosamente, tema melancólico que mezcla amor y locura y ese lamento de Yorke en la manera de cantar muy característico. A mitad del tema coge ritmo con la aparición de la batería y se anima bastante. Tinker Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief hace referencia a un canto infantil británico, aunque la verdad es que aquí estamos ante una canción oscura, bastante fantasmagórica. Y llega True love waits, en una nueva versión con piano, canción que tocan en sus conciertos hace muchos años, y que fue incluída en I might be wrong, aquel directo de 2001, en aquel caso en versión acústica. Estremece esta nueva versión francamente, la voz de Yorke es simplemente espectacular. Canción de amor para acabar.
Para aquellos que conocen a la banda y su sonido de los últimos discos, una evolución normal, sin dejar de ser ellos con sus señas de identidad. Si es el primer disco que escuchas de Radiohead puedes vertir muchas cosas malignas acerca de él, por esto me parece fundamental haber oído mínimo sus dos anteriores discarros.Os dejo con True Love Waits en vivo en 2014.