Revista Cultura y Ocio
En el año 1993, y después de algunos singles y Ep's, la banda de Oxford, Radiohead, edita Pablo Honey, su primer largo, un álbum que pasó algo desapercibido en su momento, y que sólo sacó la cabeza con un single tan monumental como rotundo como era Creep. Pero claro, hablamos de una banda que por aquel entonces no pegaba con nada ni con nadie, ya que pongámonos en situación, en ese principio de la década de los 90 grupos como Nirvana, Soundgarden y Pearl Jam enarbolaban la bandera del grunge con tal empuje que son los dominadores del mundo musical. Por otro lado era la agonía de los Pixies, de los que ellos siempre han reconocido su influencia (igual que ocurre con The Smiths), y en la isla británica teníamos a bandas emergentes como Manic Street Preachers dando guerra, Suede en su mejor momento, unos Blur todavía algo tiernos, y lo que era el sonido Manchester con los Stone Roses algo apagados y con su relevo natural que eran The Charlatans. Ni que decir tiene, que en ese justo instante U2 y Depeche Mode están posiblemente en su mejor momento, después de haber parido en esos años sus obras maestras.De repente salen 5 tíos mayormente feos, no tan jóvenes ya, uno que canta que tiene un ojo medio abierto, todos estos datos comercialmente poco válidos, y que hacen rock con tres guitarras, bajo y batería, cuyo muro de sonido a mi particularmente me llamó ya la atención en su día. Es más que evidente, que hubo gente que vio en ellos a una gran banda, pero nadie supuso ni por asomo, la pedazo de banda que estaba creciendo, y lo que es peor, no se valoró en su justa medida este primer y gran trabajo, que sin ser el mejor de su discografía, tiene la base perfecta para la evolución posterior que tuvo en los siguientes trabajos.El álbum ofrece un alto nivel compositivo, un potente sonido, mucha distorsión guitarrera controlada y un gran trato vocal y melódico. Hay letras emocionalmente impactantes y sensibles, pero todo dentro de un equilibrio soberbio.La formación, inalterable a día de hoy, era Thom Yorke a la voz y guitarra, Johnny Greenwood a la guitarra, Ed O'Brien a la guitarra, Colin Greenwood al bajo y Phil Selway a la batería.
Qué bonitas esas suelas de zapatos...
Empieza el disco con You, con un intenso muro de guitarras que domina el tema y es ahí donde más se me emparentan con Sonic Youth y sus distorsiones, pero la diferencia es que la voz de Thom Yorke destaca y se asienta a la perfección. Y llega Creep, palabras mayores, un himno generacional, con ese inicio pausado donde la batería y la voz se respetan, hasta que llega el cambio brutal en el estribillo y las tres guitarras rugen y ¡¡¡de qué manera!!! La letra habla de un tipo que se siente raro, que no pega con nadie, y es curioso como durante muchos años después la banda dejó de tocar el tema, cuando lo había hecho mucho presentando el disco, porque recibían cartas de los psiquiátricos de pacientes que se sentían identificados con la letra de la canción. Con la piel de gallina aún pasamos a How do you? un rock potente, casi punk, lleno de energía con un piano algo alocado hacia el final que se mezcla con la distorsión guitarrera. Stop whispering es una balada, que el grupo arropa con buenos guitarreos, pero que en el fondo todavía no tiene el toque de magia que posteriormente sabrán dar, acabando con el típico muro de sonido y una aceleración de ritmo loable. Thinking about you con guitarra acústica si funciona como baladón, con ese deje a Bowie, y empezando a variar la paleta, y dejando claro que no eran sólo una banda de distorsión de guitarras, una premonitora de canciones como Fake plastic trees, nada más y nada menos. Anyone can play guitar se inicia con ruido guitarrero, para a partir del cambio de la batería iniciar un viaje donde el bajo lleva la voz cantante hasta que llega la voz de Thom que lo borda, y a partir de ahí los sucesivos cambios de ritmo son geniales, una enorme canción con estribillo coreable. Ripcord es un medio tiempo guitarrero muy resultón, e incluso diría que con cierto aire de single comercial y todo, una canción propia de su época. Vegatable es un tema más reposado al inicio, que luego se enfurece hacia el estribillo con esas guitarras mandonas, otro tema nada despreciable. Prove yourself se inicia de manera parecida, con un principio lento con arpegios de guitarra para entrar la banda a saco y despachar el tema, rápido, urgente y con gran ritmo y un solo bestial. I can't es para mi la joya oculta del álbum, una maravilla absoluta cantada por Yorke de manera alucinante, y un medio tiempo que se convierte en glorioso con su maravilloso e inmediato estribillo, además de un solo de guitarra de altura máxima. Lurgee te llega por acumulación, de esas canciones que van de menos a más, que parece sosete al inicio y no te dice nada, pero resulta que no para de crecer con las líneas de guitarras que se van dibujando y llegue al final a esa explosión contenida donde se funden las guitarras. Blow out es un perfecto final de álbum, tema que se inicia como medio tiempo con la deliciosa voz de Thom acompañada de coros adecuados, hasta que llega la explosión guitarrera que se alargará hasta el infinito en un bucle final como si te introdujeras en un túnel, con toque muy psicodélico, influencia de los Sonic Youth claramente.
Un disco que, sonando completamente acorde a su año de publicación, aparentaba algo que no era, es decir, parecía coger cosas de aquí y allí que pegaban fuerte, pero no, estábamos ante el germen de un grupo que sería rey, ¿qué digo rey?, emperador de una década donde ya no dejarían de hacer obras maestras.Os dejo con el vídeo del tema Anyone can play guitar.