La radioterapia es un tratamiento que utiliza las radiaciones ionizantes para la destrucción necesaria y controlada de determinado tipo de células, generalmente de tumores malignos.
Se puede utilizar asociada a una cirugía (antes o después de la misma), complementaria a un tratamiento con quimioterapia o como tratamiento exclusivo. Con mucha frecuencia se emplea para prevenir la aparición de nuevos focos del tumor.
En otras ocasiones puede aliviar dolores, cortar hemorragias y controlar otros síntomas producidos por la enfermedad.
Actualmente la radioterapia supone una serie de pasos bastante sofisticados, posibles gracias a tecnología avanzada, para conseguir el tratamiento del tumor preservando lo más posible los tejidos sanos cercanos.
¿Cómo se administra?
Para aplicar un tratamiento con radioterapia se emplean aparatos que suelen ser de gran tamaño y con frecuencia hacen ruidos o pueden girar a alrededor de la persona que lo está recibiendo. Se debe permanecer tranquilo ya que todo está controlado por el personal especializado que aplica el tratamiento.
Dicho personal en primer lugar ayuda al paciente a colocarse en la mesa de tratamiento en la posición más adecuada, con mucha frecuencia con algún dispositivo de inmovilización que le permita mantener la postura, cosa fundamental para el buen resultado del tratamiento, ya que éste ha sido diseñado para tratar zonas concretas protegiendo otras que están en su proximidad. Cuando todo esté preparado para iniciar la irradiación el personal saldrá de la sala de tratamiento.
La duración del mismo es breve, en general varios minutos y durante los mismos el paciente permanece sólo en la sala de terapia, aunque en todo momento es observado por un circuito cerrado de televisión y megafonía de ambiente, con lo que cualquier demanda suya será atendida de inmediato. El tratamiento se aplica diariamente, generalmente de lunes a viernes y durante un periodo de tiempo total que está en función de la enfermedad, pero que con frecuencia es largo (5-7 semanas). Las radiaciones no permanecen en el cuerpo ni son contagiosas.
El tratamiento es totalmente indoloro. Un médico especialista es el responsable del tratamiento.
Efectos secundarios de la radioterapia
Como ocurre con cualquier otro tratamiento, la radioterapia puede producir – además del efecto beneficioso que de él se espera – cambios en el organismo no deseados, lo que conocemos como efectos secundarios.
La aparición e intensidad de estos efectos depende de la zona y dosis de tratamiento, estado general del paciente, de la concurrencia de otros tratamientos como quimioterapia y otros factores. No necesariamente aparecen efectos secundarios, ni en todas las personas son de igual intensidad. Si es que se presentan, lo suelen hacer cuando el tratamiento está avanzado y no al principio del mismo. En general son transitorios desapareciendo al finalizar el tratamiento o pocas semanas después. Son escasos los efectos que pueden persistir a largo plazo. El médico especialista informa al paciente de los mismos antes de iniciar la terapia. Se pueden reducir los efectos secundarios procurando durante el tratamiento realizar una vida sana: descanso suficiente, alimentación adecuada, distracción. Las mujeres deben evitar quedarse embarazadas.
Describiremos los efectos no deseados más frecuentes en función de la zona irradiada y cómo se puede prevenir y tratar los mismos.
Si la zona de tratamiento incluye la boca
En mayor o menor grado pueden producirse: alteraciones del sabor, sequedad de boca, aparición de llagas que ocasionan dificultad para masticar y tragar, trastornos dentales.
¿Qué hacer para prevenir y aliviar?
- No fumar.
- No beber alcohol.
- Tomar los alimentos templados, evitando irritantes, ácidos y bebidas gaseosas.
- Hacer enjuagues con agua de manzanilla (1 litro de agua + 1 sobre de manzanilla) y bicarbonato (2 cucharadas) 10 – 12 veces al día.
- Beber 2-3 litros de agua al día.
- Cepillarse los dientes después de cada comida con una pasta dentífrica que contenga flúor.
- Si es posible visitar previamente al dentista, indicando el tratamiento que se va a recibir para las medidas preventivas oportunas.
- Si precisa acudir al dentista tras finalizar la radioterapia es importante que le muestre el informe de la misma. Además de lo descrito ponga cuanto antes en conocimiento de su médico sus molestias ya que él le indicará si precisa algún tipo de tratamiento específico.
Si la zona de tratamiento incluye la parte alta del abdomen
No siempre tienen que producirse todos los efectos descritos y su grado de intensidad también es variable, pero conviene saber que se puede presentar sensación de cansancio, disminución o pérdida de apetito, rechazo ante ciertos alimentos, alteración del sabor de las comidas, nauseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. En cualquier caso no debe preocuparse ya que son transitorios y desaparecerán en un tiempo breve al finalizar la irradiación.
¿Qué hacer para prevenir y aliviar?
- Alimentarse a base de pequeñas comidas frecuentes mejor que tres comidas copiosas.
- Comer despacio, masticando bien.
- Es preferible no acostarse inmediatamente después de las comidas y si es posible dar un pequeño paseo -aunque sea por la casa- durante los primeros 20 o 30 minutos, tras acabar de comer.
- Beber como mínimo 2-3 litros de agua al día, procurando hacerlo en forma de pequeñas cantidades frecuentemente si tiene nauseas, ya que el beber mucho de una vez puede aumentar la sensación nauseosa.
Si la zona de tratamiento es la parte baja del abdomen-pelvis
No necesariamente, pero pueden presentarse en diferente grado de intensidad: dolor abdominal, diarrea, sensación de necesidad urgente de evacuar (tenesmo) y de evacuación incompleta de las heces, picor o escozor al orinar, aumento del número de micciones siendo generalmente muy escasas. En las personas que tienen hemorroides con frecuencia se producen síntomas relacionados con las mismas (crisis hemorroidal aguda) en forma de dolor y sangrado tras la deposición.
¿Qué hacer para prevenir y aliviar?
- Vigilar cómo son las deposiciones tanto en número como en consistencia y comunicarlo al personal que le trata. El médico valorará si precisa algún tratamiento o sólo debe modificar la dieta.
- La dieta a realizar en caso de diarrea es una dieta astringente. Se deben eliminar de la misma las verduras, legumbres y frutas, excepto plátano y manzana maduros, y a veces también la leche. Se pueden comer zanahorias, patatas, pescado o pollo cocidos o a la plancha, plátano y manzana maduros. Es beneficioso comer despacio y masticando bien. Tenga en cuenta que, aunque este tipo de alimentación le pueda resultar poco apetecible o “aburrida”, tendrá que mantenerla poco tiempo, ya que como se ha referido antes, los síntomas duran poco tiempo.
- Si existe escozor al orinar se recomienda beber de 2.5 a 3 litros de agua al día. Además el médico le realizará análisis de orina y le recomendará un tratamiento específico si lo precisara.
- La realización de baños de asiento con agua de manzanilla templada varias veces al día le aliviará las molestias de la región anal. Si tiene hemorroides deberá comunicarlo ya que con el tratamiento oportuno puede mejorar sensiblemente.
Alteraciones en la piel del campo de tratamiento
Se producirán cambios en la piel de la zona irradiada, normalmente a partir de la 3º o 4º semana de tratamiento, y su intensidad dependerá del tipo de piel de cada persona y se potenciará si ha recibido o está recibiendo quimioterapia (sobre todo determinados fármacos). Las alteraciones se producen sólo en la piel del campo de tratamiento y no en zonas distantes.
¿Qué hacer para prevenir y aliviar?
- Evitar irritar la piel de la zona de tratamiento.
- La ropa que esté en contacto con la zona irradiada, debe ser de tejidos naturales – algodón o hilo – evitando los tejidos de nylon. Además es preferible usar ropas amplias en esa zona.
- Si esta recibiendo el tratamiento sobre la mama, evite el uso del sujetador todo lo posible. Cuando le resulte imprescindible, úselo de algodón.
- No se rasque.
- Para aliviar la sensación de quemazón puede ponerse compresas empapadas en agua de manzanilla sobre la zona y mantenerlas unos minutos.
- No utilizar en la zona de tratamiento jabón, gel de baño, desodorante, pomadas, polvos de talco… Lavarse sólo con agua, de forma suave. Para secarse no se frote.
- No se depile la zona irradiada.
- Sería deseable no afeitarse. Si lo precisa se recomienda no utilizar nunca cuchilla. Realizar un afeitado suave y superficial, dos veces por semana y con maquinilla eléctrica.
- Evitar la exposición directa al sol de la piel irradiada durante el tratamiento y el primer año después de terminarlo.