Mientras más de un centenar de mujeres futbolistas se plantan con valentía ante la dictadura de Arabia Saudí, denunciando la opresión sistemática contra las mujeres y la comunidad LGTBIQ+, los hombres callan y colaboran servilmente con el régimen autoritario que impera, dejándose comprar por la cuenta (corriente) que les premia. El tenista Rafa Nadal, por ejemplo, vive allí los últimos momentos en su carrera. El pasado jueves jugó en Abu Dhabi (Riad) su último partido frente al murciano, Carlos Alcaraz. Los premios que otorgan a nivel económico la Six Kings Slam de Arabia Saudí son bastantes suculentos. Solo por participar en el torneo, Rafael Nadal, pese a la derrota frente a Alcaraz, se embolsó 1,5 millones de euros.
En un momento simbólico, Turki Al Sheikh, promotor del torneo y asesor de la Corte Real de Arabia Saudí, sorprendió a Nadal con un obsequio excepcional: una raqueta bañada en oro. Esta ostentosa raqueta está valorada en 250.000 euros, y se convierte en un tributo a la trayectoria de Nadal. Además, la participación en el Six Kings Slam no solo le reportó esta joya, sino que cada jugador se benefició de un cheque de 1.5 millones de dólares solo por estar presente.
Carlos Alcaraz y Rafa Nadal se vieron caras por última vez como rivales en un premio sin precedente en el mundo del tenis ya que los Grand Slam ronda los tres millones. “Nací viéndolo jugar. Es una de las razones por las que empecé a ser tenista profesional y fue duro cuando anunció que se retiraba”, expresó Alcaraz tras vencer a Nadal. Por su parte, Nadal comentó sobre Alcaraz: “Creo que no necesita muchos consejos. Tiene un gran equipo, una gran familia. Le va a ir muy bien con lo que tiene. Está aprendiendo todo el tiempo. Podemos ver que está evolucionando en todos los sentidos. Pero, por supuesto, estaré listo para cuando quiera llamarme”, expresó.
Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, como el resto de participantes, Novak Djokovic, Daniil Medvedev, Jannik Sinner y Holger Rune, se llevaron un suculento cheque por su participación. Sinner, además, como campeón se embolsó el premio más alto de la historia del tenis: 6 millones de dólares. Premios que no sale gratis y deberán tributar.
Por otra parte, un grupo de 106 futbolistas profesionales de 24 países envió una carta al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en la que le reclamó romper el acuerdo de patrocinio con Aramco, la compañía petrolera estatal de Arabia Saudí, por ser éste un país que “pisotea los derechos de las mujeres” y del colectivo homosexual. En la carta, las firmantes consideran que Aramco, propiedad de un régimen como el saudí que “criminaliza a las personas LGBTQ+ y oprime sistemáticamente” a las mujeres, “no tiene derecho a patrocinar el deporte rey”. Ninguno de los jugadores de tenis se dio por aludido y todos ellos cobraron sin ningún escrúpulo por participar en Riad.