
Lo conocí en una escalera. Yo bajaba. Él subía. Me quedé mirándole como un pasmarote: imposible no reconocerle.- ¿Tú eres Maimónides, verdad? - le pregunté.Él me miró, algo turbado, como preguntándose quién sería esta loca que le paraba en medio de la escalera y lo llamaba por un nick.- Sí - reconoció, tímidamente. -¿El único informático de la sala? - no lo dije por fastidiar. Era cierto. En un congreso sobre blogs y nuevas tecnologías aplicadas a la sanidad, él era el que más sabía del tema y se sentaba calladito en el público, sin decir ni esta boca es mía.Él sonrió, con una media sonrisa dulce. Me presenté, entonces, para que al menos supiera el nombre de la loca de la escalera. Hoy hablo de Rafa Pardo, no sólo porque, en su día, le prometí contar este encuentro en una escalera. (Y yo cumplo las promesas. Tarde, pero las cumplo), sino porque me ha arrancado las lágrimas - y alguna que otra risa sofocada - con este post de su blog. Y es que, en estos días en los que se habla tanto de Sanidad Híbrida, mientras nosotros subimos tímidamente los primeros peldaños de la escalera del 2.0, Rafa está ya arriba esperando con una sonrisa a que lleguemos.
