Railay

RAILAY

Desde Phi Phi cogimos otro ferry a Railay, una península rodeada de montañas, por lo que solo es accesible por barco.

No es un itinerario que llevásemos planeado, pero nos lo recomendaron allí y la verdad es que no nos arrepentimos. Tiene playas también muy bonitas (aunque sus aguas no son tan turquesa como en Phi Phi) y al ser una zona mucho menos explotada y por lo tanto turística, estaba mucho menos masificado, por lo que se respiraba más tranquilidad.

¿Dónde alojarse en Railay?

La verdad es que cuenta con multitud de resorts, por lo que seguramente cualquiera os gustará. Nosotras lo que hicimos nada más llegar fue buscar uno que nos encajara en precio y hubiera sitio. La mayoría tienen piscina y zona para relajarse. Yo empezaría probando los que se encuentran en la playa del oeste, con vistas más bonitas, y si no estuvieran disponibles, los del este, más económicos.

• Anyavee Railay Resort: nosotras elegimos este hotel en el este, compuesto por pequeñitos adosados (al final habitacioncitas con cocina y baño), con piscina y zona de ordenadores. Estuvimos muy a gusto sobre todo después del calor que pasamos en el bungalow para tres en Phi Phi.
• Rayavadee Resort: hotel famoso y lujoso. Desde luego tiene buenísima pinta desde fuera, pero supongo que en precio no se parecerá en nada a lo que acostumbrábamos en Tailandia. Pero si el precio no  es algo que te preocupe en exceso, yo probaría a pasar una noche.

¿Cuánto tiempo pasar en Railay?

Con un día es suficiente, podéis visitar todo lo necesario. Pero si queréis descansar, como fue nuestro caso, podéis quedaros otro más o los que queráis.

¿Qué hacer en Railay?

– Visitar sus tres playas

– Excursión al lago

– Escalada

• Visitar sus tres playas: Railay cuenta con 3 playas accesibles sin necesidad de coger barco: la del este (a la que llegan y de la que salen los barcos), la del oeste y Pranang Cave.
  La playa del este es la que cuenta con más establecimientos para comprar, restaurantes y bares. Podéis asistir a espectáculos de fuego por la noche , igual que en Phi Phi. Al ser la llegada y salida de los barcos, no es una playa en la que te puedas tumbar y descansar. Es curioso ver como entran y salen los trabajadores que no viven en la península.

  Su atractivo es el gran cambio que sufre con las subidas y bajadas de las mareas. Cuenta con mucha vegetación, por lo que cuando baja la marea, pueden verse perfectamente las raíces y las barcas además, se quedan sobre la arena.

  
  
  
  Pranang Cave es la más bonita de las tres. Debe su nombre a una pequeña cueva que tiene en una de sus esquinas dedicada a una princesa. Se llamaba Phra Nang, vivió en la península y cuenta la leyenda que su espíritu se encuentra en dicha cueva. Los pescadores han construido un altar donde depositan incienso, velas y comida para que les conceda la felicidad y fertilidad de la tierra. Los islotes que tiene en frente, ofrecen un paisaje espectacular. No podréis evitar tumbaros un rato a disfrutar de las vistas.
  
  
  Y la playa del oeste es la idónea para contemplar el atardecer.
  

  A esta playa dan la mayoría de los resorts que antes os comentaba, sobre todo los de alta gama, excepto el Rayavadee, que cuenta con la exclusividad de Pranang Cave.

• Excursión a la laguna: Para amantes de la escalada y la aventura, podéis tratar de llegar a la laguna. Preguntamos para ir, y nadie nos explicó lo complicado que es llegar. No podíamos creer que nadie nos advirtiera, ya que íbamos vestidas para ir a la playa y es un camino para profesionales. Dos de nosotras no llegamos finalmente al destino. El camino comienza con una pared totalmente inclinada que hay que escalar. Está justo al final de Pranang Cave.

  Aunque al principio pueda asustar la señal que indica “Lagoon”, justo señalando una pared prácticamente vertical, sí que recomendamos subirla. No os preocupéis, hay mucha ayuda de cuerdas y huecos donde poner los pies. Es interesante sobre todo por las vistas de las que podréis disfrutar desde el mirador, desde donde es posible contemplar toda la península de Railay.

  Para continuar el camino recomendamos ir preparados, con calzado y ropa apropiados. Deberéis escalar más paredes y lo que es peor, bajarlas. El final del camino es un agujero en la roca, a través del cual hay que bajar solo con la ayuda de una cuerda en el centro.

* Nuestra recomendación: por lo que supimos más tarde, la laguna es bonita pero no es para tanto. Por lo tanto, yo solo recomendaría ir si os interesa y os gusta realmente la escalada. En caso contrario, para personas inexpertas, no hace falta, aprovechad el día para tumbaros y relajaros en la playa, no es tan espectacular. Os dejamos una foto que hizo nuestra valiente viajera que sí terminó el trayecto. 

• Escalada: Railay es una península a la que acuden muchos aficionados a la escalada, por lo que encontraréis muchas zonas habilitadas para ello. No solo en la ruta a la laguna, también hay una pared al lado de la entrada del camino y también justo en el otro extremo de la playa Paranang Cave.