Uno de los eventos anuales más importantes que se celebran en Sarawak es el Rainforest World Music Festival. El festival cuenta con la presencia de músicos de todo el mundo, especialmente música indígena de Borneo y cada mes de julio durante tres días ofrece además de música, una buena muestra de actividades culturales, lúdicas y gastronómicas.
Y allí estábamos nosotros, dispuestos a conocer de primera mano este acontecimiento y dejarnos seducir por la cultura de Borneo.
La Aldea Cultural de Sarawak, lugar que acoge el evento, se encuentra en la turística península de Santubong a unos 35 km al norte de Kuching.
Durante el resto del año es un interesante museo donde se exponen diferentes modelos de viviendas tradicionales de las etnias de Sarawak, como los iban, orang uli, bidayuh o malanau. En cada una de las viviendas algunos miembros de la tribu muestran su artesanía y también se representan las danzas tradicionales.
Para llegar hasta allí se puede hacer en autobús, que durante los tres días del festival, aumentan significativamente la frecuencia. En la oficina de turismo o en los hoteles se pueden conseguir los horarios y los lugares de parada que se sitúan en algunos de los hoteles más céntricos de la ciudad.
Vamos hacia el Hotel Harbour View, donde hay una de las paradas del bus. En el hall hay un mostrador donde se venden los tickets pero el próximo ya está completo y debemos esperar al siguiente. El precio del transporte es de 20RM ida y vuelta. Se debe reservar hora para la ida pero no es necesario para el regreso a Kuching.
El autobús es comodísimo, con amplios asientos que nos facilitan una buena siesta de casi 45 minutos hasta la península de Santubong. Desde la parada del bus hasta la entrada a la Aldea Cultural se debe andar aproximadamente un kilómetro.
Las entradas no son baratas: 110RM por persona y día pero hay que tener en cuenta que la visita a la Aldea Cultural en fechas fuera del festival ya cuesta 60RM. Estuvimos dudando si comprar las entradas con antelación por Internet ya que en años anteriores se agotaban fácilmente, además, compradas en taquilla resultaban más caras. Al final nos arriesgamos y, no sé si será por el efecto crisis, pero no tuvimos que hacer apenas cola y la organización había decidido que el precio en taquilla sería el mismo que comprado con antelación.
Al evento acuden visitantes del mundo entero pero por lo que pude observar un porcentaje muy elevado es de ojos rasgados, procedentes de diferentes partes de Malasia y de otros países del Sudeste asiático. Hay que tener en cuenta que durante los días que dura el Festival todos los hoteles de Kuching cuelgan el cartel de completo y los precios se disparan.
El ambiente es extraordinario y la oferta abundante. El recinto abre a las 10 de la mañana y durante todo el día se realizan diferentes actividades aunque los conciertos empiezan a las 7 de la tarde cuando el sol ya se ha escondido.
El entorno es idílico, en medio de un paisaje selvático con el Monte Santubong de fondo.
Visitamos las distintas casas tradicionales que se encuentran repartidas alrededor de un lago. Además de conocer el estilo de construcción y los objetos cotidianos de las tribus de Sarawak, en cada una de ellas se expone artesanía y hay actuaciones de música en vivo. También se puede aprender el arte de hacer cerámica, de tejer o incluso el dibujo de tatuajes característicos de los iban, el stand de más éxito entre los jóvenes.
Los puestos de comida están abarrotados y además de las distintas especialidades malayas hay para todos los gustos. Los stands de Heineken, una de las empresas patrocinadoras del festival, son de los más concurridos y es que una cerveza fresca (5RM) ayuda a soportar mejor el calor. Es curioso que en un país islámico, una empresa de cerveza patrocine un evento de estas características.
Poco antes de las 7, la gente se va concentrando cerca de los escenarios donde se celebran los conciertos. El personal se acomoda en las gradas o en el suelo sobre toallas ya que el fuerte aguacero de ayer dejó un auténtico barrizal.
Nos esperan 8 actuaciones de 45 minutos cada una que se van alternando en ambos escenarios.
A las 7 con estricta puntualidad empieza el grupo iraní Ensemble Shanbehzadeh que ofrece música y baile tradicional del Golfo Pérsico, especialmente de la provincia de Boushehr, una pequeña región al sur del país. Este grupo canta a la vida cotidiana con la ayuda de los más diversos instrumentos tradicionales – neyanbânn (gaita iraní), nevdjofti (flauta doble), dammân (tambor), zarbetempo (percusión), senj (especie de címbalo) y boogh (cuerno de cabra).
A continuación, Kimura Ono, un dúo japonés para continuar con Minuit Guibolles una banda francesa de folk con influencias de jazz, corrientes tradicionales y clásicas.
Siguen un grupo de la República Checa, Islas Reunión, Reino Unido y Burkina Faso pero el cuerpo ya no aguanta y después de la actuación del grupo francés regresamos a Kuching.
Al fin y al cabo, en nuestro caso las actuaciones musicales son lo de menos, lo realmente interesante ha sido la oportunidad de disfrutar del animado ambiente del Festival y aprender un poco más sobre la gran diversidad cultural de Sarawak.
Para más información sobre el RWMF http://www.rainforestmusic-borneo.com