Mira que la gente es mala. ¿Pues no quieren pedir cuentas a Aznar por la guerra de Irak? ¡Pobrecillo!, cuando sólo era el presidente del gobierno que nos llevó a una guerra. Perdón, quería decir que no llevó a una misión humanitaria, de la mano de los malvados Bush y Blair.
Al fin y al cabo los nuestros fueron para cumplir una misión solidaria. 2600 soldados de los que once murieron, por mala suerte, pero en ningún caso porque fueran a la guerra. Así lo ha afirmado gente tan fiable, convincente y prestigiosa como Espe Aguirre, la persona más rodeada de corrupción del mundo, o el gran embajador Trillo, el del Yak-42.
Aznar, fue a las Azores de vacaciones. Lo que pasa es que se encontró allí con esos genocidas –Bush y Blair— y se dejó llevar el pobre. Pero no quería. Le dijeron que la foto era para el Hola y el Vanity Fair. Y, además, le engañaron al decirle que había armas de destrucción masiva.
Ese fue Aznar, el gran genocida español del siglo XXI. Responsable de la muerte de 13 españoles y corresponsable de los miles de muertos iraquíes y de otros países. Así como de todos los atentados que desde entonces se han producido en el país, cuyos heridos y muertos se cuentan por miles.
Además, al haber destrozado las estructuras del Estado en Irak, es también responsable de una parte importante del terrorismo que hoy nos preocupa, el de ISIS. Así parece que lo afirma el informe Chilcot, en el que se acusa de crear una guerra evitable a Blair, y de paso a Aznar, su cómplice.
Y qué me dicen de Rajoy. Le han preguntado por el informe Chilcot y, claro, no lo ha leído, no puede opinar. Se ve que no ha tenido tiempo o que ninguno de sus colaboradores le ha hecho un resumen.
Pero ya saben. Rajoy nunca sabe nada. ¿Irak? ¿Y eso qué es? Él simplemente era vicepresidente primero del gobierno. Como se puede suponer un simple monaguillo del obispo Aznar. Además, es de carcas opinar sobre algo que ha ocurrido hace trece años. El pasado es pasado y punto pelota.
Don Mariano, cuando se decidió ir a Irak se dedicaba a otras cosas. El fuego de sus puros no le dejó ver la guerra de Irak. Aquello está muy lejos y él pasaba por allí. Trillo, al menos, se defiende mintiendo; Rajoy ni eso, simplemente no sabe, no contesta y a seguir fumando. Él tiene la conciencia tranquila, sabe que cada vez que va a unas elecciones se la lavan millones de españoles. En las del 26-J, casi ocho millones. Por lo tanto, de qué se va a preocupar.
Qué más da si hubo muertos, qué más da si hubo mentiras, qué más da si desde entonces esa zona es la más inestable del planeta. Él, con ayuda de sus votantes, a lo suyo: A fumarse un puro mientras miente, recorta y empobrece a este país.
En fin, ya lo ven, la guerra de Irak es algo pasado, Rajoy sólo era vicepresidente primero. No seamos inquisidores, él siempre ha sido un “mandao”. Ayer de Aznar, hoy de Merkel. Y a gobernar que son dos días.
Salud y República