Rajoy recuerda a Carlos II, monarca español, hijo de Felipe IV, que murió sin descendencia debido a sus problemas de salud y de ciertas carencias intelectuales que constituían una incapacidad para gobernar, la cual se pretendía disimular con la excusa de que estaba hechizado, lo que, por supuesto no era cierto. Esa incapacidad se ve claramente en el actual presidente, que no afronta ni uno solo de los graves problemas que sufre el país.