Revista Opinión
Rajoy, el registrador de la propiedad, el derecho hipotecario, las hipotecas, la traición de los legisladores, esto no es una democracia ni Cristo que lo fundó
Publicado el 08 marzo 2011 por RomanasDecíamos el otro día que cuando los dioses quieren perder a los hombres los ciegan con el poder.
Hoy, diremos que cuando los dioses quieren perder a los pueblos los ciegan con el resentimiento. Vamos a ello:Rajoy es un registrador de la propiedad vocacional, es decir, es un hombre que eligió esta profesión por 2 motivos: 1, porque se gana muchísimo, 2, porque su función, la función de un registrador de la propiedad es la de defender a rajatabla la propiedad inmobiliaria de los que la tienen, o sea, de los ricos, de modo que puede afirmarse que Rajoy eligió la profesión que tiene por objeto proteger la riqueza de los hombres. ¿O no?La ley que rige inexorablemente el funcionamiento de los registros de la propiedad, ¿saben ustedes cómo se llama? Sí, eso, precisamente, Ley hipotecaria, que, como su propio nombre indica, tiene por objeto proteger las hipotecas, y ¿qué es una hipoteca?, eso que casi todos ustedes han firmado alguna vez, un crédito que les concede el Banco para que se compren su piso, pero este “su” tiene miga, porque no se sabe bien si se refiere a la propiedad del Banco o a la suya, a la de usted. Porque el piso objeto de ese préstamo ¿de quién es, de usted o del Banco?Si el piso fuera realmente de v., cuando v. no pudiera pagar la hipoteca podría cancelar su deuda con el Banco entregándole un piso que su perito, el del Banco, había tasado en su justo precio, de modo que cuando v. le entregaba el piso al Banco, su deuda quedaba saldada, pero no sucede así porque hay un artículo del Código Civil que dice que “del cumplimiento de sus obligaciones responde el deudor con todos sus bienes presentes y futuros”, es lo que se ha dado en llamar principio de la responsabilidad patrimonial universal.Amparándose en este dichoso artículo, los Bancos prestamistas, sucesores de aquellos malditos usureros, mediante una ficción jurídica que consiste en ejecutar la hipoteca, un procedimiento judicial que tiene por objeto, en resumen, en sacar a pública subasta su piso, el de v., se quedan con 2 cosas: con el piso que se adjudican en la referida subasta y que ya pasa a ser suyo, del Banco, con todas las de la ley, y con un derecho de crédito contra v. igual al dinero que v. le debe al Banco en ese momento más sus intereses, que se irán incrementando día a día mientras v. no pague esta deuda residual, o sea, durante toda su puñetera vida.Jurídicamente, con la ley, Código Civil y Ley Hipotecaria, Ley de Rajoy, en la mano, la cuestión no tiene vuelta de hoja: v. ha perdido la propiedad de un piso que pasa a ser de la propiedad del Banco y además le debe a éste el importe del crédito hipotecario pendiente de pago en ese momento, más los intereses que se irán devengando del mismo para siempre. Si no es una institución jurídica que se ha llamado tradicionalmente esclavitud se le parece mucho.Pero existe otra interpretación jurídica posible de este asunto y es la que han hecho, por ahí, un par de jueces o tribunales con un sentido de la justicia bien concebido: si el perito del Banco tasó justamente el piso que fue de v. y ahora es del Banco, no puede caber duda alguna de que cuando v. entrega la propiedad al Banco le paga a éste el crédito que le hizo, perdiendo, además, todas las cantidades que le haya entregado desde la firma de la hipoteca. Y, desde ese momento, con toda la justicia del mundo, v., si es algo respecto al Banco, es acreedor puesto que le ha devuelto al Banco más de lo que éste le prestó, el valor en cuestión, o sea, el piso, más lo que le haya entregado a cuenta del pago de la hipoteca.Pero, ahora, entra en juego el sistema jurídico que nos hemos otorgado nosotros, quiero decir, el pueblo, para gobernarnos a nosotros mismos, mediante ese maravilloso invento que hemos dado en llamar democracia y que no es sino el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, de tal modo que el TS, el más supremo de los tribunales, dice que no: que lo que hay que tutelar no es la justicia sino la seguridad jurídica, que no es sino proteger a los poderosos frente al terrible poder de los que no lo tienen o sea, los débiles, de manera que éstos, los débiles, deben de pagarle a los fuertes, los poderosos, los Bancos, 2 veces, el mismo piso que le compraron porque quien les vendió el piso a ellos no fue aquel tipo a cuyo nombre estaba éste en el Registro de la Propiedad de Rajoy, que es registrador de dicha propiedad, o sea, el guardián protector de los derechos intangibles de los Bancos y demás poderosos, sino el Banco que le dio a v., puñetero comprador, el dinero que fue a parar al bolsillo del titular registral del piso, de tal modo que éste, como buen protegido de Rajoy, se fue a su casa con el dinerito en el bolsillo, quitándose de en medio para siempre y le dejó a v. solo e inerme frente a ese Banco, que es, en realidad, el verdadero dueño de su piso de v., ya que v. no puede escaparse de sus garras si no le paga a éste todo lo que haya que pagarle, todo lo que él quiera, y los Bancos, ya se sabe son realmente insaciables porque tienen que pagarle a todos sus dirigentes, que son realmente quienes nos gobiernan, esos fastuosos sueldos que nos sobrecogen cuando los conocemos: millones y millones de euros.De modo que, al final de esta historia, los amigos y protegidos de Rajoy, el registrador de la propiedad, o sea, los Bancos, habrán cobrado el piso, su piso, aquél que un día v. creyó, pero que jodido ingenuo, que era de v., 3 veces, una, cuando se quedaron con él en la subasta judicial, otra, cuando v. les quedó a deber por siempre y para siempre el importe total del préstamo , con sus intereses, durante toda la puñetera vida de v. y otra más, cuando el Estado, con el dinero que le cobra a v. de impuestos, le pagó al Banco, otra vez, el importe de esa su hipoteca fallida que, con tanto esmero, registró Rajoy en su Registro de la propiedad, que para eso está, para proteger el orden y la ley.Y encima, v. irá, como el mejor de todos los borregos del mundo, y votará a Rajoy, en las próximas elecciones generales, porque es el jodido Zp, dice Rajoy, el que tiene la culpa de que v. no sólo haya perdido su piso sino también todo lo que v. haya pagado por él, porque esto, precisamente esto, es la democracia, el imperio del puñetero Derecho, o sea, de la Ley, o sea, lo que votan sumisamente, en el Congreso de los diputados, esos señores a los que v. eligió para que defendieran sus intereses.