Revista Opinión
La suerte es un concepto extraño que, a veces, sólo es interpretable a largo plazo. Si uno repasa los últimos años de la vida de Rajoy puede pensar que es un hombre sin suerte cuando en realidad es muy afortunado. Rajoy ha perdido 2 elecciones seguidas a la presidencia de gobierno lo que parece ser un signo indiscutible de mala fortuna pero sólo es una apariencia para cuya demostración basta con atender al extraño destino de Zp. Zp es el “afortunado” vencedor de Rajoy en esas 2 contiendas electorales que el de Pontevedra perdió, lo que le ha llevado de la mano a ser el presidente que ha traicionado todos los principios del socialismo que profesaba sin que ello le sirva para otra cosa que para pasar a la historia como un gestor desastroso que elevó la cifra del paro a un record difícil de superar. Y esto lo ha conseguido a pulso un hombre que presumía de afortunado porque había ganado sin interrupción todas las elecciones a las que se había presentado. Si Zp hubiera leído con más frecuencia a los clásicos no hubiera sido tan optimista porque éstos dijeron que cuando los dioses quieren destruir a un hombre antes lo envanecen con el más continuo de los éxitos. A lo mejor no es esto precisamente lo que dijeron pero suena bien. Si Rajoy hubiera ganado aquellas 2 elecciones que perdió, hubiera sido machacado por la actual crisis econòmica y ahora sería el cordero de Dios que va irremisiblemente al matadero. Pero este potrudo e inconsciente muchacho perdió y no sólo lo hizo sino que sufrió mucho por ello, una de las imágenes que nunca se me olvidará es la de su esposa acariciándole suavemente en la balconada de Génova, intentándole suavizar el trance, tan duro, tan duro que durante unos días se especuló con su posible dimisión. Pero Rajoy es un ciclista vocacional y los ciclistas, ya se sabe, son duros de pelar cuando están sobre la bicicleta. Rajoy lo ha aguantado todo, entre otras cosas, las terribles acometidas de su “compañera” de partido, la presidenta casi analfabeta y mal hablada de una de las comunidades más cultas del mundo, la madrileña, por los ovarios. Ahora, este “mala pata”, que perezosamente reclinado en ese sofá en el que lo dibuja siempre Peridis, ha ganado de manera aplastante las elecciones locales y se apresta para ir a vivir a La Moncloa, sin haber hecho otra cosa que cumplir con el proverbio árabe de siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. Y la comitiva funeraria de Zp hace ya más de un año que se ha iniciado y él lo sabe pero es un tipo con tan buen carácter que se lo ha tomado bien y hace a mal tiempo buena cara y ahí está en todos los fregados de los mercados y los especuladores financieros como si la cosa no fuera realmente con él. Y va, toma que si va, va tanto que el pobre pasará la historia a elegir entre un imbécil que nunca supo lo que tenía entre manos o un vendido que, cuando las vio realmente venir, quiso congraciarse con los banqueros para que éstos le coloquen bien cuando salga del gobierno. Pero estábamos escribiendo de Rajoy. Si hubiera tenido “buena suerte” y hubiera ganado una de las 2 elecciones que teóricamente perdió, ahora sería a él al que hubiera pillado por en medio el furor de esta insoportable crisis y ahora sería su comitiva funeraria la que estaría pasando por delante de la casa de Zp. O sea que esto de la suerte es un puñetero arcano que ni Dios sabe realmente cómo va a ser, de modo que lo que hoy parece una racha inmejorable no es sino la tormenta perfecta que va a hundir tu barco para siempre puesto que no te permitirá siquiera pasar a la historia como un hombre de bien. Ah, se me olvidaba, Rajoy tiene tanta suerte, el muy capullo, que sale a la luz su patrimonio y parece que nadie repara en que además de esos 600 mil euros, que son 100 millones de las antiguas pesetas, el tío apalanca 7 inmuebles, 6 viviendas y una oficina, casi "ná", que como buen registrador de la propiedad que es, habrá sabido comprar de tal modo que su patrimonio real es absolutamente incalculable. Si tendrá potra el tío.