Tras el desastre del 27-S, toda una derrota para el PP, que perdió las ciudades mas importantes del país y mucho poder territorial, la idea de sustituir a Mariano Rajoy como candidato se abre paso con fuerza. La intención de salvar al partido y evitar una humillación el 20 de diciembre preside los movimientos de buena parte de los populares, que buscan nuevos candidatos ganadores.
Se han planteado diferentes propuestas, entre las que destacan tres: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, y el vicesecretario general de Comunicación, Pablo Casado, este último defendido por José María Aznar.
Si Rajoy pudiera designar a su sucesor, como hicieron sus predecesores, Fraga y Aznar, seguro que nombraría a Núñez Feijóo.
Los populares se encuentran en el corazón de un debate de enorme interés, dividido en dos bandos: los que son conscientes de que Mariano Rajoy se ha convertido en un lastre que lleva al partido hacia desastre y sus incondicionales, situados en puestos de poder, bien remunerados, que esperan un milagro de última hora.
La reciente irrupción de Aznar con su durísimo y frontal ataque a Rajoy es la evidencia de esta división interna. El ex presidente del Gobierno, conectado a los grandes empresarios del Ibex está convencido de que en diciembre el PP será barrido por Albert Rivera en un derrumbe que podría ser tan catastrófico como el de la UCD que propició la llegada del PSOE al poder.
José María Aznar trata de convencer a los empresarios para que apuesten por un candidato alternativo como el joven vicesecretario general de Comunicación del PP, Pablo Casado, al que muchos consideran que es el único con capacidad para enfrentarse con éxito al líder de Ciudadanos.
El think tank FAES -la Fundación que preside Aznar- cree que Soraya Sáenz de Santamaría carece del tirón suficiente para frenar la sangría de los cientos de miles de votos que Albert Rivera le arrebatará al PP. Además, comu una parte importante del PP, no le perdona a la “vice” por el apoyo que ha prestado al Grupo Prisa para salvarle de la quiebra.
El problema del PP es que ninguno de sus líderes ha introducido en el debate el concepto de regeneración, ignorando que el partido, para salvarse, necesita no solo cambiar de candidato, sino cambiar sus costumbres y sus principios, regenerándose y mostrando ante los españoles un rostro de limpieza, decencia y fe en la democracia en lugar del rostro mentiroso, incumplidor de promesas, escasamente democrático y corrupto que ahora exhibe.
La regeneración es el único camino que podría evitar al PP la humillación que le espera en 20 de diciembre y en posteriores citas con las urnas.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure