Revista Opinión

Rajoy (III)

Publicado el 10 noviembre 2010 por Romanas
Rajoy (III)
A ver si nos enteramos de una puñetera vez: la política no es, como se la definía hasta ahora, el arte de lo posible, sino la mejor manera de engañar a la gente.
Si tomamos, por ejemplo, al PP, resulta que en él no manda Rajoy sino un tipo al que nadie conoce, y que se oculta cuidadosamente entre las bambalinas del teatro, para que nadie sepa de su existencia y poder, porque, lo repetimos una vez más, el poder auténtico hace todo lo posible para que nadie lo conozca, para que nadie sepa quién es, o sea, Pedro Arriola, que es el sociólogo de cabecera de todos sus presidentes, o sea, el tipo que llevó en volandas a Aznar a ganar 2 elecciones generales consecutivas, la última, con mayoría absoluta.Arriola que, por cierto, es el marido de Celia Villalobos, aquella ministra de Aznar que pretendía resolver todos los problemas económicos de nuestro país, modificando las costumbres culinarias de todas las españolas, es el que dice, todos los días, en el PP, lo que hay que hacer, o sea, el tipo que realmente confecciona su agenda.Es el que, ahora, le ha dicho a Rajoy que se vaya a su casa y se acueste, que no haga absolutamente nada más que esperar y que el poder político le caerá en el regazo como la fruta más madura del mundo. Y, seguramente, es verdad, porque los sociólogos, además de ser la gente más inteligente del mundo, han estudiado una ciencia que  predice infaliblemente lo que todos nosotros vamos hacer en cada una de nuestras circunstancias. Tela.De modo, amigos, que nosotros, todos los que somos de izquierdas, no tenemos más que esperar a que esa fruta madura caiga en el regazo durmiente de Rajoy y no podemos hacer nada para evitarlo. Hay que joderse.Porque la cochina política, acabamos de decirlo, no es más que el arte de engañar a la gente y eso, está absolutamente comprobado, lo hace mucho mejor la derecha que nosotros porque:1) ha ido, está yendo e irá siempre a mejores colegios, institutos y universidades que nosotros y, por si fuera poco, cuando acaban sus rutilantes carreras, se van todos a los Usa y se hacen unos masters de cojones; ya nos lo dijo la mejor o por lo menos la más grande de todas las cabezas de Europa a la que, además, le cabía dentro ni más ni menos que todo el Estado, “es lógico que los del PP ocupemos todas las plazas de la Administración Pública sin aprobar ninguna clase de oposición, simplemente señalándonos nosotros a nosotros mismos a dedo, porque estamos mucho mejor preparados”; y, como es lógico, viniendo la frase de la cabeza de la que venía, tenía, tiene y tendrá por siempre y para siempre toda la razón; así que a resignarse toca, pardillos, ellos a cobrar 3 o 4 sueldos fabulosos, como la Cospedal y nosotros, a pelearnos por 4 perras en las colas del paro;2) pero eso, sí, que quede muy claro, la culpa de que el paro exista en España la tienen Zp y todas ésas asquerosas izquierdas que le sorben el seso a todos los españoles porque:A) fundamentaron toda la economía nacional en el axioma de que, para ser los mejores de Europa y, si nos apuraban mucho, del mundo, había que hacerla descansar sobre el pilar indestructible de la Construcción, ya que nadie, entonces, podría hacernos la competencia puesto que teníamos gratis las mejores y mayores materias primas en todo del universo: el sol, las playas interminables de un territorio nacional que casi es una isla, los empresarios más inmorales y emprendedores, capaces de sobornar a todos los ediles de nuestros incorruptibles ayuntamientos para que declararan urbanizable no sólo las playas sino incluso los más inaccesibles acantilados, de modo que llevamos camino de acabar con la gallina de los huevos de oro puesto que las playas parece que van a terminar por desaparecer, dado que no hemos respetado las condiciones ecológicas necesarias para su perduración;B) ¿y quién cometió todos estos disparates? Yo no sé por qué me lo pregunto cuando todo el mundo lo sabe: Zp, aunque todo esto empezó cuando él no sólo no gobernaba sino que andaba como lo que es, un perfecto zascandil, dando la tabarra con mítines y reuniones en los claustros de la universidad; él fue el culpable, el único culpable de que Aznar, Rato, Montoro, Alvarez Cascos, e incluso Rajoy que sí, que es verdad, que entonces no pintaba mucho sino que era una especie de chico de los recados que servía para casi todo y que, un día, era ministro de Administraciones Públicas, otro, de Interior, otro, de Presidencia, etc., mientras que los demás, los primeros de la clase, trataban de urbanizarlo todo porque como dijo en infalible Alvarez Cascos, “había que urbanizarlo todo, hasta nuestros paladares porque no es sólo que los españoles ganan tanto dinero, trabajando en la construcción, que pueden, sin duda, comprarse casi todo lo que edifican,  sino que, además, ahí estaban los ingleses y los alemanes para adquirir el resto, de modo que no sólo no había problemas en aquellos tiempos sino que nunca los habría porque, como todo el mundo sabe, tanto los españoles albañiles, como los ingleses y alemanes enamorados del sol español son realmente interminables en su número”, de modo que no sólo no había problemas entonces, cuando Zp andada dando el follón por los claustros de la universidad, sino que tampoco los habría nunca, nunca, nunca, Florentino dixit, cuando, si los españoles se volvían locos algún día, lo elegían como presidente;C) y las previsiones de toda esta gente tan lista que, además, no sólo había estudiado en los mejores, colegios, institutos y universidades, con las mejores calificaciones, sino que, además, fueron a Usa para hacerse unos masters de cojones, no sólo se cumplieron entonces, cuando gobernaban ellos, al pie de la letra, sino que continúan cumpliéndose ahora, cuando están a punto, según todas las encuestas, de gobernar otra vez, pero, claro, la culpa, como ordena Arriola, hay que decir siempre es de Zp que fue realmente el que inició el problema, cuando todavía no se afeitaba y andaba, todo el día,  zascandileando por los claustro de una universidad;D) o sea que, como decíamos al principio, la política ya no es el arte de lo posible sino simplemente el de engañar a la gente como lo que realmente es: el asno de los millones y millones de cabezas.Y, como esto se ha hecho ya tan interminablemente largo, tenemos que dejarlo aquí, pero otro día seguiremos con el tema, que, como vemos, es muy interesante. Hasta luego.

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