Rajoy: mudo y fumándose el puro

Ahí le tienen ustedes. Con una mayoría absoluta y escondido. Dicen que trabajando para Ejjpaña. Ni pío. Otros dicen que se ha quedado dormido de gozo. Sólo sabemos que ha recibido a los grandes banqueros de este país. ¡Buen comienzo!

Nada dijo de las medidas claves con las que nos va a premiar, durante la campaña electoral, y ahora después de una semana sigue mudo.

Nadie le pide que empiece a tomar medidas, no puede. Si alguien lo hace está pidiendo peras al olmo. Sin embargo, visto como funcionan Los Mercados y que él es ardiente seguidor de ellos, más le valdría que dijera algo –no nos va a asustar, ya sabemos en qué sentido lo va a hacer—, al menos así, sus amos, los Mercados, tendrían la confirmación de que siguen teniéndole como seguidor fanático y probablemente bajarían la presión que ejercen sobre España.

Pero no, el futuro presidente, deja que pase el tiempo, que la bolsa siga por los suelos y la prima de riesgo por los cielos, cuando sabe que algo más puede hacer. En definitiva, le importa un pito que la situación empeore. Todas esas prisas por adelantar las elecciones, por tomar el poder, por llegar a la gloria, por dar confianza, resulta que tenían como objetivo tomar el poder. Parece como si llegar le hubiera bastado y ahora está masticando el marrón que le ha caído.

Queda poco para que sea investido y entonces no tendrá más remedio, pero él sabe que puede hacer más. Unas declaraciones diciendo que va a cumplir con sus patrones, y puede que se produzca aquello que él tantas veces ha manifestado durante los últimos meses: “dar confianza” a Los Mercados.

Muchos nos preguntamos cuáles pueden ser los motivos por los que calla. Y creo, firmemente, que está confuso, que tiene miedo y por eso retrasa sus planes. Miedo a que las medidas que tiene guardadas en la manga llenen las calles de manifestantes. Miedo de que no sean suficientes para los insaciables Mercados. Miedo de que cuando metan las tijeras le digan que incumple sus promesas electorales. Pánico a que le pongan en cuestión y pueda pasar como en Grecia o Italia. Por eso no se mueve, hasta que no tenga más remedio.

Y es que tenemos un futuro presidente que se sigue fumando un puro. Y así nos va.

Salud y República