Ramadán

Este año Ramadán cae pronto, justo comenzado el més de julio del calendario internacional. “Oh, los que creéis. Se os prescribe el ayuno… que seáis piadosos durante los días contados… Que ayunéis es un bien”  /Azora 2, 179-183/. Una recomendación litúrgica de enorme importancia para cientos de millones de musulmanes, integrada en sus vidas incluso más allá de la religión, convertida en costumbre, celebración, sacrificio y festejo al mismo tiempo.

Sucede empero que como Ramadan depende del calendario lunar, algunas veces coincide con meses de calor en el hemisferio norte, cuando los días son más largos y el sol se pone tarde, lo que alarga los períodos de ayuno algo más de lo puede ser fisiologicamente deseable. Aunque los niños pequeños y los enfermos están exentos de contemplar el rigor del ayuno, muchos más mayorcitos querrán justificadamente participar. Pero: “…Dios quiere para vosotros lo fácil y no os desea los difícil…/Azora 2, 181-185. Sin pretender interpretar preceptos religiosos, entendemos que los condicionamientos sociales y culturales que inciden sobre la salud de los niños (y también de los adultos) deben tomarse siempre en el sentido de preservar la salud y la integridad de los menores en toda situación. Y para ello, creyentes y no creyentes podemos contribuir a cumplir también esa voluntad de desear lo fácil. A lo mejor basta con un desayuno (suhoor)antes de que salga el sol, aunque quitemos horas al sueño y algo más de moderación en la cena, evitando las sobrecargas de dulces. Y, en todo caso ajustar la prudencia a las costumbres, de la que está llena el libro.

X. Allué (Editor)

(Nota. Las citas de Al Coran están tomadas de la traducción de Joan Vernet, catedrático de la U. de Barcelona)