Ramsés III y la primera huelga de hambre de la historia

Las huelgas y reivindicaciones sociales no son algo nuevo, sino que tenemos unos primeros episodios en la civilización faraónica que marcaron una nueva forma de ver el mundo. Todo ocurrió el año 29 de reinado del faraón Ramsés III (c. 1184 – 1153 a.C.).

Precedentemente Egipto vivía en una época de corrupción y desigualdades sociales en los que el clero, particularmente el de Amón de Tebas, salía mejor parado. Véase que un tercio de la tierra cultivable era propiedad de los templos dándonos una idea del poderío de las instituciones eclesiásticas. Las consecuencias desencadenaron una crisis económica donde los precios del grano, principal sustento alimenticio de la sociedad egipcia, se multiplicaron y las raciones mensuales de los trabajadores empezaron a sufrir retrasos. Es por ello que se produjo la primera huelga de la historia en ese año 29 del reinado de Ramsés III, aunque hay historiadores que propugnan que la primera huelga de hambre de la historia pudo haberse producido en fechas más tempranas, en el Imperio Medio, según unos datos hallados en Lahun.

La huelga duró más de medio año y prometió ser intensa. Los trabajadores se negaron a trabajar permaneciendo afincados en los templos mortuorios de Ramsés II y Tutmosis III. Ellos mismos dijeron que la causa fue el hambre y la sed, que no tienen nada con qué vestirse, ni tienen medicinas, ni pescado ni verduras. Añaden ‘’Digan a Faraón nuestro buen señor noticias de esto, y digan al primer ministro nuestro superior, que el sustento puede ser hecho para nosotros. ’’

Realmente el faraón y su corte no se quedaron de brazos cruzados y mantuvieron una actitud abierta y conciliadora intentando llegar a un acuerdo con los trabajadores que se expresaban de esta manera: ‘’Permite a nuestro señor darnos un medio para mantenernos vivos. Realmente nosotros estamos muriendo. Nosotros no vivimos del todo. Eso (los medios de subsistencia) que se nos entreguen de cualquier forma. ‘’

A pesar de todo Ramsés III promete proteger a los trabajadores y asegurarles su bienestar, sobre todo a los más desposeídos pero la realidad es que su situación no había mejorado mucho. De hecho a la muerte de Ramsés III y el reinado de los siguientes faraones no dejarán de sucederse las crisis económicas y con ellas las huelgas de hambre.