La sinestesia, del griego συν, 'junto', y αισθησία, 'sensación', es la mezcla de varios sentidos diferentes. Un sinestésico puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es que lo asocie o tenga la sensación de sentirlo: lo siente realmente.
La primera descripción de este fenómeno la realizó el Doctor G.T.L Sachs en 1812.
Epidemiología
La sinestesia no es un fenómeno frecuente, pero sí mucho más de lo que se suponía; hoy se sabe que afecta, aproximadamente, al 5-10% de la población, con mayor incidencia entre los autistas. Una causa de la diferencia en estas estadísticas es que los sinestésicos no suelen reconocer que la mayoría de la gente no tiene esa capacidad. El tipo de sinestesia en el cual las personas ven colores cuando oyen o leen letras y números es el más frecuente, hasta 1% de personas.
Personajes como Charles Baudelaire, Nikolai Rimsky-Korsakov, Vladimir Nabokov, Marcel Proust, Olivier Messiaen, Axel Lovengreen, Justin Chancellor entre otros, poseían esta facultad y, en particular, el compositor ruso Alexander Scriabin quien se vio fuertemente influido por su habilidad sinestésica en su obra musical.
Algunos tipos de epilepsia provocan también percepciones sinestésicas, así como algunas drogas psicodélicas (LSD, mescalina, hongos, etc.)
Patogenia
Científicos de la Universidad de California, sostienen que la sinestesia se debe a una activación cruzada de áreas adyacentes del cerebro que procesan diferentes informaciones sensoriales. Este cruce podría explicarse por un fallo en la conexión de los nervios entre las distintas áreas cuando el cerebro se desarrolla en el interior del útero.
En 1995, midieron el flujo cerebral de sujetos sinestésicos mediante una tomografía mientras se proporcionaban palabras a las que asociaban colores. Lo curioso es que no sólo se activaron las áreas corticales de procesamiento del lenguaje, sino que, por decirlo de alguna forma, los cerebros de los sinestésicos se iluminaron como árboles de navidad, centelleando distintas áreas cerebrales, como las que sirven para procesar la vista o el color. Como comentó Baron-Cohen, uno de los investigadores, se produce en estos sujetos una conectividad anatómica no habitual entre diferentes módulos sensoriales de la corteza.
Aún así, hay autores que sostienen que es el resultado de una menor inhibición en el período post-natal, pues en dicho período el cerebro comúnmente experimenta numerosas reconexiones.
Las investigaciones también han revelado que la sinestesia es un rasgo hereditario. Sin embargo, la genética por sí sola no basta para explicar cómo sucede.
La sinestesia puede ocurrir incluso cuando uno de los sentidos está dañado. Por ejemplo, una persona que puede ver colores cuando oye palabras puede seguir percibiendo estos colores aunque pierda la visión durante su vida. Este fenómeno recibe también el nombre de "colores marcianos", término que se originó tras un caso de un sinestésico que nació parcialmente daltónico pero decía ver colores 'alienígenas', que era incapaz de ver en el sentido habitual del término y que en realidad percibía debido a su sinestesia.
Clínica
Es difícil describir las capacidades de los sinestésicos porque hay muchas clases (aquí podéis encontrar una lisa de las más comunes), pero es importante remarcar que estas experiencias no son metafóricas o meras asociaciones sino percepciones reales.
Una de las sinestesias más comunes se llama sinestesia de grafemas. Comúnmente implica percibir colores con las letras o números de manera involuntaria. Algunos sinestésicos además pueden llegar a percibir personalidad o géneros para sus letras o números. También son muy comunes los calendarios sinestésicos, es decir, cuando uno percibe conceptos como el año o la semana como si fueran formas con una posición específica, por ejemplo, un óvalo tridimensional. En estos casos, los sinestésicos pueden orientarse con ayuda de estas imágenes mentales.
Los sinestésicos perciben con frecuencia correspondencias entre tonos de color, tonos de sonidos e intensidades de los sabores de forma involuntari (por ejemplo, tocar una superficie más suave le puede hacer sentir un sabor más dulce); otro ejemplo, asociar el color amarillo al número 7, ver colores cuando escuchan música, otros pueden sentir el sabor de las palabras, otras personas pueden percibir la letra A de color rojo, la S de color amarillo y la Z de color negro, etc.
La depresión tiende a aumentar la intensidad del fenomeno.
Algunos sinestésicos son extraordinarios y poseen una profunda sensibilidad musical, pues pueden distinguir e identificar sonidos que, a nivel consciente, no son fácilmente percibidos por otros humanos "normales" lo cual muchas personas suelen relacionar con el 'oído absoluto'. Actualmente se realizan investigaciones con personas en gran parte del mundo y se ha descubierto que también poseen excelente memoria y poder de recordar hechos, aunque las capacidades extraordinarias no son una condición común a todos los sinestésicos.
Un sujeto con esta facultad es capaz de recordar el nombre de una persona o una cifra por el color o el aspecto que tienen, porque las formas, colores, sabores y demás sensaciones sensoriales que asocian a una determinada percepción suelen ser constantes, invariables desde su infancia. Es más, pueden acordarse del color o la forma que tiene el nombre de alguien… pero no recordar la palabra en sí. Por eso les genera tanta extrañeza ver números o letras con otro aspecto, por ejemplo, un 3 o una e azul, cuando para ellos siempre fueron verdes. Debido a esto último, la sinestesia es también terreno abonado para el estudio de las emociones.
Se puede animar a los pequeños sinestésicos a usar su sinestesia como una ayuda para aprender. Pero si en la escuela ven letras o números con colores distintos a los suyos, pudiera ser un estorbo para su desarrollo, así que la sinestesia debería ser tomada en cuenta en las escuelas.
La creatividad es otra característica habitual en estas personas.
Diagnóstico
Existen algunos criterios que distinguen la sinestesia auténtica de la que no lo es.
La sinestesia es involuntaria; esto significa que al prestarle atención al estímulo, digamos la música, no pueden desaparecer los colores. Por otro lado, la sinestesia es algo constante, es decir, los colores y las formas no cambian con el paso del tiempo.
Además, se considera a la sinestesia como algo unidireccional (por ejemplo: alguien puede percibir el 5 de color azul, pero si ve algo azul, no necesariamente le vendrá a la mente el numero 5), aunque ha habido científicos que afirman que puede ser bidireccional en algunos casos.
En los experimentos, cuando los sujetos están delante del ordenador y tienen que escoger el color que tiene un número o una letra, no seleccionan un verde o un naranja cualquiera; al contrario, el naranja, el azul o el rojo tienen un nivel de luminosidad, tinte y saturación determinados y que se repiten invariablemente de prueba a prueba. Además, esos colores son para ellos tan intrínsecos al número o letra como lo pueda ser su forma.
Como curiosidad, si creéis que poseeis algún tipo de sinestesia, quizás os interese realizar uno de estos tests.
Información exraída de Ovejas eléctricas, Wikipedia y Synaesthesia.com.