Revista Medio Ambiente

Raros visitantes prenuncpiales

Por Felixyloslobos
El paso prenupcial sigue regalándonos buenos momentos de pajareo en el estuario del Miño. Si a finales del mes de febrero era un pequeño grupo de ánades rabudos compuesto por dos machos y tres hembras el que decidió hacer escala durante varios días en las marismas de Salcidos, y en los primeros días de marzo nos sorprendía la aparición de dos algunos apuntan que hasta tres individuos del raro escribano pigmeo (Emberiza pusilla), ayer fue un precioso macho de cerceta carretona el que atrajo nuestra atención durante varios minutos.
Habituado la mayor parte del año a la observación de las especies más comunes, cuando alguno de estos inesperados visitantes se pone a tiro de cámara es fácil cometer errores en su identificación, máxime cuando nunca los has visto antes. Fue precisamente esa larga y ancha lista ocultar blanca a modo de ceja, característica de los machos de cerceta carretona, la que me hizo creer en un primer momento que podría tratarse de alguno de los rabudos que había visto días atrás.
Nadando tranquilamente en compañía de un grupo de aproximadamente 30 cercetas comunes, el macho de albela levantó vuelo tan sólo un cuarto de hora después. Tiempo suficiente para realizar varias fotos y vídeos que quedarán como testimonio de mi primer encuentro con este bonito animal. Le acompañaba quizá una discreta hembra, su pareja. Una hembra que pasó finalmente desapercibida y con la que reanudará el largo viaje hacia sus áreas de cría situadas en la Europa central y oriental. ¡Le deseamos, pues, la mejor de las suertes!

Raros visitantes prenuncpiales

El raro escribano pigmeo, especie difícil de ver en España. //Manu Sobrino


Raros visitantes prenuncpiales

El macho de carretona nadando en compañía de varias cercetas comunes, de
las que se distingue perfectamente incluso a gran distancia. //Manu Sobrino


Raros visitantes prenuncpiales

Los elegantes rabudos en el estuario del Miño. //Manu Sobrino


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